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Foto del escritorYirsandy Rodríguez

Serie Mundial 2021: Swing, clímax, historia — “El Arte y la destreza” de Yuli Gurriel

Actualizado: 29 oct 2021

En el béisbol, la presión alrededor de los jugadores siempre será un misterio difícil de resolver.




Todo lo que podemos asumir, está basado simplemente en evaluar los resultados mediante estadísticas junto al complemento de nuestra observación. Y recuerdo qué tan difícil suele ser producir bajo el bullicio y la presión de una Serie Mundial, porque, obviamente, hay jugadores capaces de ‘hacer que parezca fácil’.


El cubano Yuli Gurriel, inicialistas de los Astros de Houston, es uno de ellos.


Yuli, de 37 años—sí, ¡37 años!—, está viviendo un momento que desafía toda línea de tiempo en el deporte: Después de acumular más de 1,980 juegos en su carrera, incluyendo sus actuaciones en Series Nacionales y vistiendo el traje del team Cuba, junto a la experiencia de un año en NPB combinada con seis temporada en Houston, varias de sus proezas parecen casi imposibles.


Impensadas, sonaría mejor, porque Yuli Gurriel no ha sido el típico bateador que extendió su carrera en las Grandes Ligas, pues llegó con 32 años y más del 60% de su accionar sin enfrentar el más alto nivel del béisbol. Sin embargo, su arte y destreza para asumir cada reto en el terreno de juego merecen total admiración.


A casi dos décadas de su debut en Serie Nacionales con apenas 17 años en 2002, Yuli Gurriel no sólo ha sido uno de los principales protagonistas dentro de esta exitosa generación de los Astros de Houston, sino también uno de los bateadores más completos de 37 años en todos los tiempos.


Este resumen lo podría explicar fácilmente:

1. Paul Molitor, 1993: 12 G, .426

2. Moises Alou, 2003: 12 G, .388

3. Roberto Clemente, 1971: 11 G, .383

4. Jeff Conine, 2003: 17 G, .367

5. Barry Bonds, 2002: 17 G, .356

6. David Ortiz, 2013: 16 G, .353

7. Yuli Gurriel, 2021: 12 G, .340

Fuente: Stathead.


En este ranking aparecen los ilustres veteranos con al menos 37 años y un promedio de .340+ en postemporadas. Pero el argumento que exalta la grandeza de Yuli Gurril no quedó enmarcado solamente cuando ganó el título de bateo de la Liga Americana durante la temporada regular de este año. Si de carreras longevas se trata, hay hazañas de sobra que agregar aquí sobre cada episodio encabezado por su talento.


Lo que sigue es cada episodio memorable del Yuli, con esa secuencia rítmica conducida por su golpe de bate y las emociones de sus capturas en la inicial. Todo es, simplemente, alrededor del “arte y la destreza” que sigue trayendo Yuli Gurriel al juego, con cada “swing, el clímax que genera y la trascendencia histórica de su legado:




Episodio No. 1: Maestría, el complemento para superar cada reto en el camino


A veces puedes percibir la grandeza y su significado en la más simple de las obras.


Volvamos a las hazañas que el Astro del número “10” logró en la noche del miércoles, cuando clavó un sencillo en el centro del campo, contribuyendo a desatar un rally que resultó decisivo para Houston en el Juego 2. En ningún escenario beisbolero fuera de los Estados Unidos, Yuli Gurriel había jugado con tanta presión, pero su capacidad de enfoque era notable. Y, en sólo un turno, dio otra disertación de su audacia y talento como bateador.


Después de un out—ponche de Carlos Correa—, Yuli entró al plato con Kyle Tucker en la inicial, quien había golpeado el primero de cinco hits de los Astros en ese segundo inning contra el abridor de los Bravos de Atlanta, Max Fried.


Fried, un zurdo que básicamente mezcla su bola rápida con la curveball, el slider, la sinker y el cambio de velocidad, pasó por problemas con su comando en el primer inning. La manera en que retó a Yuli Gurriel reveló parte de sus luchas, sin poder colocar la bola rápida en las localizaciones correctas. Y entonces vimos el complemento ofensivo que sigue trayendo en esta postemporada—sobre todo desde el Juego 4 contra los White Sox—, después de ganar el título de bateo de la Liga Americana este año.


Una vez más, Yuli Gurriel se mostró paciente, analítico, y dejó a Fried presentar sus ofertas. Quizás estaba pensando en la curveball. Era razonable. Durante la temporada regular, Fried tiró breaking balls en el 47.4% de sus 2,503 pitcheos. Y dentro de esa tasa de utilización, la curveball ocupó el 54.2% de su estrategia de pitcheo contra cada oponente, siendo un arma letal con la cual Fried limitó a sus rivales a .160 BA, .253 slugging y una alta tasa de 34.8% swings sin contacto. Sin embargo, el estelar zurdo de los Bravos no mostró su curveball en ninguno de sus dos primeros lanzamientos contra Yuli Gurriel.


Fried disparó dos bolas rápidas de 94.4 y 94.1 mph, con las que marcó par de strikes atacando la zona del centro y baja. Tras estar debajo en la cuenta 0-2, Yuli Gurriel se preparó únicamente para un buen contacto, sin desatar un gran swing, a diferencia de otros bateadores que en esta era de los “Resultados Verdaderos” no renuncian al éxtasis de desaparecer la pelota.


Entonces, Fried intentó dibujar otra bola rápida baja (94.9 mph) y lo pagó caro: Yuli sonó un hit de rolling que burló el shift de los Bravos y rodó libremente a apenas 84.2 mph hasta (118-ft) lo corto del center-right.




Sí, era la conexión perfecta para que Tucker llegara a la antesala sin contratiempos: Un rolling justo en el gigantesco hoyo entre el intermedista Ozzie Albies y el primera base Freddie Freeman, quien estaba cuidando al corredor en la inicial. Como se puede apreciar, todo el campo derecho estaba prácticamente libre, y el hombre que más cerca estuvo de la conexión cuando el rolling atravesó el diamante fue el umpire de segunda, Ted Barrett.


Cuando ves el trabajo ofensivo de Yuli Gurriel, el recorrido relampagueante de su bate con ese swing por dentro hasta sacarle provecho al conteo adverso de 0-2, sólo queda darle crédito incluso aunque haya sido un sencillo de 84.2 mph. La audacia de Yuli Gurriel superó el plan del dúo Fried (lanzador) & Travis D’Arnaud (cátcher), quien enmarcó el lanzamiento donde realmente ambos lo querían.

Y, para agregar más positividad, la velocidad de salida de la conexión cargaba una pizca justa de aceleración que le permitió a Tucker correr totalmente confiado hasta la antesala.

Maestría: Así podría definirse esa capacidad de poder resolver una situación adversa y agregar positividad a un juego de equipo tan emocionante como el béisbol. Yuli lo hizo otra vez, al mismo ritmo con el cual ha resuelto diversas situaciones adversas durante todo el año. Y, al final, lo más importante fue que su hit contribuyó en el gran rally que le permitió a los Astros empatar la Serie Mundial 1-1.




Episodio No. 2: Un sencillo histórico, que derivó en una pieza especial


Muchas veces, creo, una pieza de bateo que termina rodando en el centro del campo también suele ser atractiva, obviamente, dependiendo de cómo el artista elaboró su obra. Y en ese sentido, el béisbol ha sido grandioso, porque en no pocas ocasiones nos ha demostrado millones de maneras en las que una simple conexión que ni siquiera supera el infield puede ser tan emocionante como decisiva.


Si tienes dudas, puedes recordar la lucha de Ryne Stanek en el Juego 1 de la Serie Mundial, cuando persiguió el mini-rodado del cubano Jorge Soler en el séptimo inning del Juego 1 y nunca pudo atrapar la conexión de 37 mph. Pero ahora vamos a develar el valor de un sencillo especial, el rolling que logró este miércoles Yuli Gurriel en Minute Maid Park, por diferentes razones que esculpieron otra memorable hazaña:


El sencillo extendió su cadena a nueve juegos bateando de hit en esta postemporada, y eso significa que igualó con sus compatriotas Randy Arozarena y Bert Campaneris. Siguiendo la misma narrativa, esta es parte de la gran perspectiva que podría inspirar a Yuli Gurriel mientras intenta contribuir para el éxito de los Astros este viernes en el Juego 3 de esta Serie Mundial:


1. Si produce un imparable, igualaría el récord de cubanos con más juegos consecutivos bateando de hit, implantado por Yoenis Céspedes entre los playoffs de 2012 y 2013.


Obviamente, la noticia relevante aquí es que, si Yuli logra el cañonazo histórico, tendría la oportunidad de obtener más ventajas sobre Céspedes y el resto del grupo: A) Sería el nuevo recordista entre los bateadores cubanos en postemporadas y, B) Su récord quedaría enmarcado en un solo año, no como, por ejemplo, el de Céspedes, que se extendió a través de dos. También, vale señalar un punto importante aquí: Randy Arozarena dejó su racha activa con los Rays, así que mientras más juegos agregue Yuli, será mejor.


2. Incluso ahora a un juego de alcanzar a Céspedes, Yuli Gurriel ya tiene más hits (15) y remolcadas (7) que sus demás compañeros, los otros seis en el ranking con al menos siete juegos consecutivos bateando de hit: Yoenis Céspedes (10),Randy Arozarena (9),Bert Campaneris (9), Tony Perez (8), Yordan Álvarez (Activo con siete) y Luis Robert (7).


3. Más que golpear y tener éxito: El swing de Yuli Gurriel se ha distinguido entre sus compañeros por estar a otro nivel en varios sentidos. Parte de lo más impactante ya lo escuchaste: 15 hits, una línea de .429/.474/.543 desde que comenzó su seguidilla de hits en el Juego 4 de la ALDS contra los White Sox, y 7-RBIs. Pero hay un ángulo aún más sorprendente en la conversación: Los ponches. Y en ese punto, el swing de Yuli Gurriel brilla como pocos. Actualmente, tiene sólo dos strikeouts en 35 apariciones en home, lo que brinda una tasa de apenas 5.7%.


Episodio No. 3: El último jinete de su generación, haciendo historia contra los avatares del tiempo

El pasado miércoles, mantuve un número en perspectiva mientras disfrutaba el Juego 2 de esta Serie Mundial: .225.


Ese fue el promedio de Yuli Gurriel en cuenta de 0-2 durante 40 veces al bate definidas en la temporada regular. Sin embargo, su único sencillo del partido, en cuenta de 0-2, parecía borrar esos malos recuerdos de la temporada regular. Hemos profundizado bastante sobre ese sencillo aquí, pero el resultado del Juego 2 estaba respaldado por otra interesante tendencia: Yuli ahora está bateando .600 en cuenta de 0-2 durante estos playoffs.


¿.600s? Sí, tres hits en cinco turnos (3-for-5), como prefiero decir, para que no suele a la inflación de números a veces tan recurrente en el manejo de estadísticas. Esos cinco turnos al bate parecerán pocos, pero representan el 10.6% de los 47 registrados por Yuli Gurriel en esta postemporada. Así que, en cuanto a calificación de números, su rendimiento ha sido magnífico en la difícil cuenta de 0-2 desde que se alzó el mágico velo de octubre.


Y ahora vamos una vez más a lo profundo del significado de otra admirable hazaña para Yuli Gurriel: Primeramente, recordemos que cada uno de sus hits marca un nuevo récord para bateadores cubanos en playoffs de MLB. Sus 67 hits en 69 juegos comienzan a detonar entre ese tipo de rendimiento que parece inalcanzable.

¿Sabes qué significa ese récord para los bateadores cubanos? Realmente, algo más que talento y definición.



Desde su llegada a Houston en 2016, Gurriel, proveniente de una memorable generación cubana que irrumpió en Series Nacionales a inicios de este siglo, ha sido parte de la época más exitosa de la franquicia. Durante más de medio siglo, los Astros habían llegado a sólo una Serie Mundial (2005) cuando jugaban en la Liga Nacional. Pero luego, tras pasar a la Liga Americana en 2013 y reconstruir el equipo, llegaron los grandes logros.


A día de hoy, han sumado ya cinco apariciones consecutivas en la ALCS, con tres apariciones en el Clásico de Otoño durante los últimos cinco años. En todos ese tiempo, entre sus 32 y 37 años, Yuli Gurriel ha logrado conectarse con la generación triunfal de los Astros y probar su talento. Y, como hemos revelado aquí, los resultados han sido impresionantes en diferentes contextos. Yuli ha tenido la oportunidad tras firmar con los Astros, pero sin dudas su talento es la principal clave del éxito.


Con su hit número 67 en playoffs el pasado miércoles en el Juego 2—los mismos que suman Randy Arozarena, Kendrys Morales, José Abreu y Tony Taylor—, Yuli Gurriel siguió reafirmando el potencial de su swing para producir piezas a lo grande entre un grupo reducido de bateadores. ¿Cómo puede ser posible? Su sencillo en el Juego 2 de esta Serie Mundial Astros-Bravos, fue el número 58 del año—sumando temporada regular y playoffs—tras golpear un lanzamiento fuera de la zona de strike.


Solo seis bateadores en Grandes Ligas han conseguido al menos 40 hits con lanzamientos casi inalcanzables, pero el único en superar la cifra de 50 ha sido Yuli Gurriel.




Unido a ese significativo éxito ofensivo, la brillantez defensiva de Yuli Gurriel es otro ineludible valor. Desde que se convirtió en un jugador titular con los Astros durante la temporada de 2017, trabajó fuerte para dominar su nueva posición. En poco tiempo, Yuli parecía un primera base con experiencia de varios años, y ha tenido un desarrollo a la altura de las habilidades que lo convirtieron en un excelente antesalista.


En 2021, está entre los candidatos para ganar el Guante de Oro de la Liga Americana. ¿La razón?: Ningún inicialista cubrió el terreno que alcanzó Yuli para devorar conexiones de todo tipo, hasta liderar la liga con 37 outs fuera de la zona—estadística que también ofrece una visión sobre su rango de cobertura cuando los Astros activaron los shifts defensivos—.




Puedes revisar toda la liga: Yuli Gurriel encabezó los titulares en rango de alcance, convirtiendo en out el 82.0% de sus jugadas defensivas. Y, por si fuera poco, también calificó con un alto (+5) en DRS (Carreras Salvadas a la Defensiva), por detrás del inicialista de los A’s, Matt Olson (+6).


Esa dualidad ofensiva-defensa de élite, por supuesto, es uno de los valores más apreciados que ha distinguido la gran carrera de Yuli Gurriel en Grandes Ligas.


Quizás no gane el Premio de MVP de esta Serie Mundial, ni termine siendo el jugador más popular de los Astros de Houston, pero es indudable que su trabajo ha sido eficiente. Valioso, y cada aporte del “arte y destreza” de Yuli Gurriel tanto a la ofensiva como en la defensa, también es clave en el viaje de esta generación de los Astros, que buscan su segundo anillo de Serie Mundial.


(Foto: Yuli Gurriel/Getty Images)

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