Un día como hoy, 14 de enero, pero del año 1962, hace ya 59 años, daban inicio en Cuba las ahora bien conocidas Series Nacionales de Béisbol, en lo que sería su primera edición y que buscaba reemplazar a la Liga de Béisbol Profesional surgida en 1878, y que se jugó en la isla con la mayoría de las temporadas enfrentando a cuatro de los conjuntos que más colorido dieron a la pelota nacional de la época, los afamados elencos de Almendares, Cienfuegos, Marianao y Habana.
La formación del torneo vino precedida de varios eventos, entre ellos y no precisamente en el ámbito deportivo, tuvo primordial preponderancia el triunfo de la Revolución Cubana en 1959, hecho histórico que sin duda fue el catalizador para que años más tarde se dejara de practicar la pelota profesional en la isla.
Cuando el anuncio del nuevo torneo nacional se produjo, en 1961, muchos se mostraron incrédulos del alcance que un evento de este tipo tendría en el país. Para nada resultaba fácil dejar atrás la etapa del profesionalismo, sobre todo si de béisbol se hablaba, tanto por las estrellas conocidas y amadas de muchos - de Cuba como del exterior – que habían regalado tantas alegrías a todo un pueblo hasta la contienda del invierno de 1960-61, como por la pasión casi enfermiza que caracterizaba la pugna entre los conjuntos en competencia, que incluso muchas veces creaba divisiones familiares. A ello se unía la triste y forzada partida en 1960 de la franquicia profesional de los Cubanos Reyes del Azúcar (Cuban Sugar Kings), todo orgullo del país en esa etapa.
Lo cierto es que con gran expectación de los aficionados sobre el anuncio del nuevo torneo, afición que veía desaparecer de la noche a la mañana el clásico profesional que había sido alma y vida para muchas generaciones de cubanos, la celebración de torneos regionales por toda Cuba en busca de jugadores para lo que pretendía ser un nuevo evento beisbolero a total nivel nacional, y por primera vez sin jugadores profesionales, y la posterior jornada inaugural el 14 de enero de 1962, se ponía así en marcha el evento que hoy conocemos como el mayor espectáculo deportivo de Cuba, seguido, además, por millones de aficionados dentro y fuera de la isla.
El torneo, que en sus inicios era más conocido como Torneo Nacional de Béisbol Aficionado o Torneo del INDER, vio como ese 14 de enero el propio Primer Ministro de Cuba, Doctor Fidel Castro Ruz, pronunciaba las palabras inaugurales y de ellas hubo unas que resonaron y que desde ese momento han quedado identificando de manera controversial al béisbol cubano posterior a 1959 “…este es un triunfo de la pelota libre sobre la pelota esclava…” en clara referencia a la desaparición de la práctica profesional del deporte en la isla antillana.
Aquel día a la una de la tarde, ante un abarrotado estadio Latinoamericano que albergó 25,251 espectadores, cuando se dejaron de escuchar los himnos nacional cubano y el de la internacional, los cuatro mentores de los elencos participantes avanzaron hacia Fidel: Tony Castaño (Azucareros) con un bate, Fermín Guerra (Occidentales) con una mascota, Pedro "Natilla" Jiménez (Orientales) con una pelota y José María Fernández (Habana) con un guante, para que el Primer Ministro de Cuba escogiera la forma de iniciar el torneo.
Fidel escogió batear y, luego de dos lanzamientos, le conectó un roletazo entre primera y segunda al derecho de Azucareros, Jorge Santín, para dejar inaugurada la primera de nuestras Series Nacionales, siempre con el apoyo y escepticismo de todo un país y en lo que podemos identificar como el punto de partida del posteriormente bautizado béisbol revolucionario.
El preámbulo: Las Series Regionales
El torneo nacional cubano, en su primera edición - y subsiguientes tres -, vino precedido de las llamadas Series Regionales en la Zona Oriental y Occidental del país, un torneo que en su primera edición se jugó del 17 al 31 de diciembre de 1961, y que se extendió por todo el país en los estadios de las antiguas seis provincias del mismo.
Los conjuntos participantes contaron con directores de reconocida calidad y experiencia de la pelota profesional. De este modo el conocido Fermín Guerra estuvo al mando de Pinar del Río, Francisco “Chico” Quicutis lo hizo con el Vegueros de la propia provincia, José M. Fernández dirigió al Habana, Pipo de la Noval fue el primer director de Industriales, Héctor Rodríguez del Henequeneros matancero, Napoleón Heredia estuvo como manager de Matanzas, Pedro “Natilla” Jiménez fue de Las Villas, Antonio “Tony” Castaño del Azucareros de las Villas, Edmundo Amorós dirigió a Camagüey, Rafael Noble al Granjeros de Camagüey, mientras Ossie Álvarez estaba al mando del Mineros de la provincia de Oriente, y Miguel Fornieles dirigía al propio Oriente. Por el este los elencos de Azucareros (10-2), Mineros (9-5), Oriente (8-6), Granjeros (6-8), Las Villas (4-9) y Camagüey (3-10) celebraron un todos contra todos en donde el Azucareros de Tony Castaño triunfó para pasar como representante directo a la I Serie Nacional. Mientras, en la zona occidental, el elenco Habana (11-3) de José M. Fernández se alzó con el primer lugar para pasar a representar a la capital de Cuba en la I Serie Nacional. En el siguiente orden quedaron los conjuntos Industriales (9-4 y un empate), Matanzas (9-5), Vegueros (8-6), Henequeneros (4-9 y un empate) y Pinar del Río (0-14).
Un total de 40 atletas fueron preseleccionados por cada una de las zonas del país – Oriente y Occidente - para la selección de los 30 jugadores que formarían parte de los conjuntos Occidentales y Orientales. Los restantes jugadores no escogidos para Occidentales fueron seleccionados como refuerzos del Habana, mientras los que no resultaron escogidos por Orientales, formarían parte de los refuerzos del Azucareros al primer torneo nacional.
De este modo Azucareros y Habana resultaron los primeros en clasificarse directamente para una Serie Nacional, mientras los mejores integrantes de Mineros, Oriente, Granjeros, Las Villas y Camagüey formaron el conjunto Orientales y aquellos mejores de Industriales, Matanzas, Vegueros, Henequeneros y Pinar del Río, se encargaron de constituir el Occidentales que, al final, terminaría alzándose con el título.
I Serie Nacional (14 de enero al 3 de marzo de 1962)
Cuatro conjuntos, tratando de emular a los cuatro que desaparecían de la pelota cubana profesional, comenzaban su bregar en un torneo que los reunía más por un amor infinito al béisbol, que por el saber la trascendencia que tendría el evento. De esta manera, los equipos de Occidentales con Fermín Guerra como director, Orientales con Natilla Jiménez, Azucareros con Tony Castaño y Habana con José María Fernández, saltaban al ruedo en el conocido estadio de la barriada del Cerro, para celebrar un doble programa a base de Azucareros-Orientales y Occidentales-Habana. Cuba estaba involucrada en lo que era el inicio de una nueva etapa en la vida de cada ciudadano y, además, en el ámbito beisbolero en lo que había sido la reconquista del Campeonato Mundial de Béisbol de 1961 en Costa Rica y el segundo lugar obtenido en el Mundial Juvenil de La Habana el mismo año. Pese a lo difícil que resultaba el cambio, poco a poco ese grupo de jugadores, incluso la mayoría bien experimentados, provenientes de diferentes ligas amateurs de todo el país, comenzaron a imponer un estilo de juego diferente y a dejar realmente el alma en el terreno. El pueblo, sin duda alguna, comenzó a percibir esto y el torneo rápidamente pasó a ser todo un suceso.
Aquel 14 de enero los conjuntos de Azucareros y Occidentales triunfaron con marcadores de 6-0 y 3-1, respectivamente. El triunfo de Azucareros vio al derecho Jorge Santín (En la foto elevado en brazos de sus compañeros tras el histórico primer triunfo en SN) solo permitir tres indiscutibles a Orientales en lo que sería el primer triunfo, juego completo y blanqueada para un lanzador en estos torneos. Por otro lado, el segundo choque resultó el primer extra-inning en Series Nacionales, decidido en 11 entradas y con el joven zurdo de 16 años, Manuel E. “Amorós” Hernández, alzándose con la victoria. Amorós lanzó choque completo ante el veterano Alfredo Street, logrando el primer récord de ponches para estos eventos, un total de 17 para un juego de extra-inning, con solo 6 hits aceptados.
Precisamente Amorós resultaría el mejor lanzador de esta primera edición, con los lideratos de victorias (6), juegos completos (7), entradas lanzadas (76.2) y ponches (94), mientras otro Occidental, Antonio “Chucho” Rubio, resultaría el “champion pitcher” con su promedio de limpias de 1.39.
Occidentales, bajo el mando de Fermín Guerra, resultó el campeón en 27 partidos celebrados, y lo hizo con balance de 18 triunfos y 9 derrotas, en un torneo nacional que por vez primera era llevado a muchos más espectadores fuera de la propia capital, algo poco usual en la etapa profesional, y que a partir de ese momento y durante estos 59 años y 60 torneos oficiales, ha caracterizado a nuestro evento mayor.
Guerra no solo se apoyó en un gran pitcheo para convertirse en el primer y único director en la historia del béisbol cubano con campeonatos al nivel profesional – 1948-49 y 1949-50 con Almendares - y aficionado de Series Nacionales, sino que, además, contó con una balanceada ofensiva que tuvo entre otros al campeón de bateo del torneo, el camagüeyano Edwin Walter (.367) - quien aseguró su título el último día con un sencillo como emergente ante el Habana para dejar atrás al amenazante Ramón Hechevarría (.361) -, con también el líder en dobles (10) e impulsadas (19), Tomás Soto, a Lázaro Pérez quien bateó para .347, Pedro Carvajal que remolcó 19 y promedió .316 y a un baluarte en Urbano González (.328), líder en hits (40) y anotadas (19), con además la mayor número de veces al bate (122) del torneo.
La I Serie Nacional concluiría el 3 de marzo de 1962 y seis días después se celebraría en el estadio Latinoamericano un choque entre los campeones nacionales y una selección de estrellas. La selección ganó 3-2 en un encuentro que registró récord de asistencia para un encuentro en Cuba, con algo más de 34,000 personas. El choque también sirvió para premiar con placas a cada uno de los coronados campeones y entregar trofeos a los ganadores de los diferentes departamentos individuales: Edwin Walter, como líder de bateo y Antonio Rubio de pitcheo, así como el resto de las categorías. Además, también se premió con un trofeo al guajiro de Catalina de Güines, Urbano González, en su premio al Jugador Más Valioso de la primera Serie Nacional, como reportara Daniel Reguera en el periódico Hoy del 10 de marzo de 1962, algo que contradice la siempre conocida versión de ganador de Edwin Walter y que bien vale la pena investigar.
En general, el torneo fue todo un éxito y recibió gran apoyo de personalidades reconocidas del béisbol profesional como los árbitros Amado Maestri y Rafael Paz, la leyenda negra y posteriormente integrante del Salón de la Fama de Estados Unidos, Martín Dihigo, los cuatro mentores participantes, entre otros “sobrevivientes” de la etapa profesional y que tomaron parte en aras de ayudar a la construcción de un nuevo espectáculo beisbolero nacional, integrándose a la nueva ola beisbolera que surgía en Cuba.
Pero los años pasaron y con ellos el torneo y sus jugadores cambiaron. El establecimiento y crecimiento en muy poco tiempo de las Series Nacionales, el accionar de un conjunto emblema como Industriales, las rivalidades entre este y muchos de los elencos del país, los cambios constantes de estructuras, el surgimiento de torneos alternativos, los triunfos internacionales, los récords y tanto el paso de estrellas no solo dentro de Cuba sino que también han hecho historia fuera del país, pasando además por aquellas que han dejado la isla para jugar extra fronteras, han hecho que el torneo de las Series Nacionales - único de su clase enteramente con jugadores locales - siga siendo el máximo espectáculo deportivo de un país que simplemente respira béisbol y, además, constituye uno de los emblemas que Cuba exporta al mundo y por lo que aún la isla continúa siendo conocida y reconocida internacionalmente.
I Serie Nacional, 1962: Los primeros
14 de enero de 1962, Estadio Latinoamericano, La Habana
1er Lanzamiento: Jorge Santín de Azucareros vs. Martín Ferrer de Orientales
1er Bateador: Martin Ferrer de Orientales
1er Bateador retirado: Martín Ferrer de Orientales vs. Jorge Santín
1er Hit: Bernardo Utset de Orientales vs. Jorge Santín de Azucareros
1er Doble: Daniel Hernández de Orientales vs. Jorge Santín de Azucareros
1ra Remolcada: Rafael Font de Azucareros vs. Ricardo Díaz de Quesada en el 4to inning
1ra Anotada: Miguel Cuevas de Azucareros en el 4to inning
1ra Base x bolas: Jorge Santín de Azucareros a Andrés Telemaco de Orientales
1er Quedado en Base: Andrés Telemaco de Orientales
1er Sacrificio de Hit: Ricardo Díaz de Quesada de Orientales vs. Jorge Santín de Azucareros
1er Out: Miguel Cuevas de Azucareros sobre batazo de Martin Ferrer de Orientales
1ra Asistencia: Owen Blandino de Azucareros
1er Doble Play: Rafael Díaz (CF), Manuel Díaz Sierra (RF) y Antonio Rodríguez (1B) del Habana vs. Occidentales
1er Error: Jorge Santín de Azucareros
1er Wild Pitch: Ricardo Díaz de Quesada de Orientales
1er Juego Ganado: Jorge Santín de Azucareros 6-0 vs. Orientales
1er Juego Completo: Jorge Santín de Azucareros vs. Orientales
1ra Lechada: Jorge Santín de Azucareros vs. Orientales
1er Juego Perdido: Ricardo Díaz de Quesada de Orientales 0-6 vs. Azucareros
1er Home Plate Umpire: Amado Maestri
16 de enero de 1962, Estadio Palmar de Junto, Matanzas
1er Triple: Antonio Jiménez de Occidentales vs. Emilio Vargas de Orientales
17 de enero de 1962, Estadio Latinoamericano
1er Jonrón: Raúl Díaz de Quesada de Orientales vs. Franklin Azpillaga del Habana en el 1er Inning
1ra Base robada: Miguel Cuevas de Azucareros vs. César Torres de Orientales
1ra Base Intencional recibida: Oscar Valdés del Habana
20 de enero de 1962, Estadio Latinoamericano
1er Sacrificio de Fly: Abilio Amargo de Orientales vs. José M. “Cuchillo” Mesa de Occidentales
(Fotos I Serie Nacional/Archivo de Peter C. Bjarkman y BaseballdeCuba)
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