Naykel Yoel Cruz levantó su mano izquierda señalando que la conexión de Yulian Milán era fildeable, pero el fly picó en lo corto del rightfield.
Ese había sido el pitcheo número 103 del talentoso zurdo de 21 años, cuando estaba a un out del éxito en una dominante actuación que se robó los titulares del Juego 3 de la final ante los Alazanes de Granma en esta 60 Serie Nacional del béisbol cubano.
Milán, marcó apenas el cuarto hit del lineup granmense y, aguantando el swing, golpeó de primer bounce una curveball de 74 mph de Naykel, que dejó caer detrás de la media luna. Había dos outs. Pero aun así, después del gran relevo protagonizado por Naykel Yoel Cruz desde que sustituyó al abridor Renner Rivero, los Alazanes tenían la oportunidad del empate en las muñecas del emergente Darién García.
Tres pitcheos después, el zurdo matancero vivió su esperado momento de gloria en esta final después de ceder una bola rápida que Raico Santos le aprovechó para empatar 5-5 el Juego 1. Ante su rival número 25 del match esta tarde de miércoles en la sede neutral del estadio José Antonio Huelga, Naykel hizo la ‘cruz’ imponiéndose con una fastball de 91 mph que sentenció a Darién: ¡Los Cocodrilos lograron el éxito 3-1!
La victoria ahora coloca a Matanzas con una expectativa favorable al evitar que los Alazanes encabezaran la serie 3-0. Por segunda ocasión en tres partidos, fue un juego relativamente dominado por el pitcheo—el segundo donde el team ganador en esta final logra el triunfo anotando sólo tres veces—. Sí, porque buena parte de las ineficiencias ofensivas, combinadas con varias atrapadas decisivas, no pueden atribuirse como una hermética faena de los lanzadores.
Por los Alazanes, César García permitió nueve embasados de los 20 bateadores que enfrentó, y vio quebrada su racha de ocho éxitos de manera consecutiva en esta 60 Serie Nacional. El diestro granmense, que entró a este Juego 3 con marca de 2-0 en la postemporada, había admitido sólo una carrera en 15.1 innings. ¡Esos números arrojaban una impresionante efectividad de 0.59 y 0.91 WHIP!
Sus 56 oponentes, le promediaban apenas .426 OPS, sin la sombra de un extra base. Eso sí, acumulaba tres strikeouts y cinco bases por bolas, dando una ligera muestra de cómo su 54.6% de rollings permitidos exhibía su habilidad de inducir al contacto débil. Además, registró 154 días sin sufrir un revés, desde que perdió 6-3 ante Cienfuegos el 28 de octubre del año pasado. Sin embargo, el control de César fue la principal vía por donde los Cocodrilos pudieron decidirle el juego después de apenas cuatro entradas y dos vueltas del lineup.
En el final de ese cuarto episodio, sencillo al left de Yariel Duque y un boleto a Erisbel Arruebarena comenzaron la amenaza por los Cocodrilos. Y, acto seguido, llegó la jugada que probablemente haya marcado la diferencia en el resultado final del juego: El toque de bola del cátcher y octavo bate, Andrys Pérez.
La conexión salió elevada y rápidamente el inicialista Guillermo Avilés se adelantó para fildearla de un salto, pero la bola chocó en el mascotín y terminó cayendo en zona fair. César, que también corrió a recoger el toque, empujó a Andrys antes de chocar y sintió una ligera molestia en la pierna derecha cuando corría hacia la línea de cal de la inicial, pero fue atendido y siguió lanzando. La situación era, tal y como al final trascendió, un gran momento para los Cocodrilos de Matanzas.
De Andry ir a regalar un out para mover a los corredores hasta posición anotadora, terminaron con las bases llenas. Tras un force en home sobre el bounce a tercera de Eduardo Blanco, vino una fuerte conexión de Aníbal Medina que burló la habilidad ofensiva del antesalista Osvaldo Abreu —quien no tenía errores en 29 lances durante estos playoffs—. Y, luego, el cañonazo remolcador de Yadil Mujica para poner la pizarra 3-0.
De ahí en adelante, el zurdo Miguel Paradelo y el diestro Juan Danilo Pérez frenaron a los Cocodrilos, lanzándoles cuatro ceros de manera consecutiva. Esa fue una buena noticia para los Alazanes, pues no tuvieron que agitar su bullpen aunque César García aseguró sólo 3.1 innings. Pero el trabajo de contención del dúo Paradelo-Juan Danilo no sirvió de mucho, ya que los Alazanes nunca lograron descifrar al zurdo Naykel Yoel Cruz.
Después de una efímera apertura de 2.1 entradas—aunque no soportó hits— el diestro Renner Rivero embasó a seis (tres boletos y tres dead balls) de sus 11 rivales. Pero entonces entró Naykel, y esta vez el comando de su bola rápida no dejó brecha para el swing de Raico Santos: Le lanzó una dosis baja y pegada a 91 mph en cuenta de 2-2, que terminó sirviendo para un popout al guante del antesalista Yadil Mujica en zona foul.
El tercer out para cerrar ese primer tercio de juego marcando el cero lo cedió Carlos Benítez con un bounce a tercera. Ocho bateadores más tarde, cuando inició el sexto episodio, llegó el primer hit de los Alazanes salido del bate de Raico Santos. Después de esa situación comprometedora que Naykel heredó de Renner Rivero, los Alazanes llevaron a sólo dos corredores hasta posición anotadora: Guillermo García por un error en viraje de Naykel—tras su único boleto—y Raico Santos, quien se movió a posición anotadora tras el hit del cátcher Iván Prieto con dos outs en el sexto inning.
Ambas situaciones comprometedoras con el score 3-0, Naykel las resolvió a base de bolas rápidas entre 88-90 mph combinadas con una curveball poco generosa. En el cuarto episodio, dominó a Yulian Milán con elevado al infield y en el sexto ponchó a Guillermo García subiendo hasta las 91 mph.
La única carrera que admitió Naykel, fue el jonrón solitario de Roel Santos con dos outs en el inicio del séptimo. En cuenta de tres y dos, Santos machacó una bola rápida interna de 90 mph, pero se mostró más enfocado en el contacto y su swing efectivo. Cuando el leadoff de los Alazanes golpeó el lanzamiento número 71 de Naykel, parecía sorprendido viendo cómo también el viento empujó la conexión a lo profundo del leftfield.
Aun así, Naykel se repuso rápidamente: Sacó fuera a siete de sus últimos ocho oponentes y dibujó tres “K’s” más para completar seis strikeouts, incluyendo el out 27 con su pitcheo 107 de la tarde.
Esta vez, los Alazanes pudieron hacer poco contra el talentoso zurdo que se perfilaba para iniciar el Juego 4. Sin embargo, la profundidad del pitcheo de los Cocodrilos se pudo dar el lujo de mantener a Naykel para cerrar el match y preservar al diestro Joel Suárez como posible abridor o primer relevista del Juego 4 este jueves.
Es cierto que los Cocodrilos han bateado sólo para promedio de .219 en esta final ante el pitcheo de los Alazanes, con un poder reducido a tres extra bases—todos jonrones—y ninguna base robada. Pero luego de este éxito 3-1 en el Juego 3, otra victoria les daría automáticamente el empate 2-2 en la serie al máximo de siete desafíos.
Para los Alazanes, un triunfo en el Juego 4 podría ser clave, asumiendo que tendrían la ventaja de contar con Lázaro Blanco subiendo a la lomita con la serie 3-1. Sin embargo, los Santos necesitan más apoyo. Mientras Roel y Raico se han unido para producir la mitad de las carreras anotadas del equipo (cinco de 10), tienen los dos únicos jonrones, siete de las 10 remolcadas, el 40% (8 de 20) de los hits, las tres bases robadas y un solo ponche, el resto del lineup ha sido inconsistente.
Osvaldo Abreu lleva de 10-1, aunque su único hit decidió el Juego 1 ante el zurdo Yoanis Yera. Cuarto, quinto y sexto bates, Carlos Benítez (11-1), Guillermo Avilés (10-2) e Iván Prieto (11-1) han bateado sólo de 32-4 (.125) con más ponches acumulados (¡nueve!) que remolcadas (una). Si ellos no producen, el reto será aún más grande para los bateadores del fondo de la alineación.
En la tarde de Naykel Yoel Cruz los Cocodrilos reaccionaron, y la batalla del Juego 4 probablemente sea, como ocurrió en la Semifinal Matanzas-Las Tunas, el punto de giro esta vez para definir el título.
(Foto de portada de Naykel Yoel Cruz: Oscar Alfonso)
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