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Foto del escritorYirsandy Rodríguez

Matanzas no pudo cambiar la historia: ¡Los Alazanes son los nuevos campeones del béisbol cubano!


El momento final de la 60 Serie Nacional demostró una vez más lo impredecible que suele ser el béisbol. Guillermo García, el bateador designado de los Alazanes de Granma, entraba a la caja de bateo con las bases llenas sin outs para enfrentar al veterano Jonder Martínez.


En tercera, Raico Santos esperaba anotar la posible carrera que les daría el campeonato a los Alazanes de Granma. Desde que se fueron delante en el inicio del sexto con un rally de cinco carreras, los Cocodrilos de Matanzas no volvieron a anotarle al bullpen granmense.


A las 5:05 de la tarde de este domingo en el estadio José Antonio Huelga, nada parecía más predecible que el éxito final de los Alazanes de Granma. Pero antes de que se escuchara el grito de campeones, García, de 20 años, terminó de coronar una impresionante postemporada donde demostró de principio a fin su estirpe y talento.


Sí, el chico que se fue de 16-0 en sus primeras 18 apariciones en home durante 2020, estaba dispuesto definirlo todo. Guillermo García no fue ni siquiera un bateador de cambio dentro del roster de los Alazanes en la temporada regular. De hecho, 15 de sus 47 PAs fueron registradas como jugador de cambio. Y, de manera general, cerró la etapa regular con más strikeouts (11) que RBIs (3) y jonrones (0). Sin embargo, ante la primera oportunidad que se le presentó, el prospecto granmense no dudó en aprovecharla.


Luego de la salida de Guillermo Avilés del roster tras dar positivo a la COVID-19, García debutó en postemporada contra el exigente staff de pitcheo de los Vegueros de Pinar del Río: 27 apariciones en home después, ya había sacudido siete hits en 20 veces al bate, tres dobles, dos jonrones y 10 RBIs, además de una defensa impecable sin errores en 60 lances jugando la inicial. Desde entonces, García no ha sido sólo el prospecto del cual los Alazanes esperaban tal breakout, sino que también fue capaz de mantenerse produciendo a la altura de sus responsabilidades.


Cuando García entró al plato este domingo en la novena entrada, sus ojos mostraban la seguridad del bateador disciplinado y consistente que ha golpeado los pitcheos sin piedad para impulsar a 10 de 19 corredores encontrados en posición anotadora. Y, tres pitcheos después, su swing protagonizó uno de los momentos que trascenderá a través de la historia: ¡Haló con furia y sacó un largo hit a lo profundo del rightfield, suficiente para darle el título a los Alazanes de Granma!


¡El grito de campeones fue incontenible!


¡Los Alazanes volvieron a conquistar el título del béisbol cubano!



“Para mí es un momento muy emocionante”… “No tengo palabras para decir lo que siento”, expresó emocionado Guillermo García tras decidir el éxito 6-5 de los Alazanes en la sede neutral del estadio José Antonio Huelga.


Sí, los Cocodrilos de Matanzas no pudieron cambiar la historia. Y, como sucedió en las Semifinales de 2017 y 2018, cayeron nuevamente contra los Alazanes dirigidos por Carlos Martí.


El triunfo de Granma este domingo en el Juego 6 de la final, cerró las cortinas de esta interminable 60 Serie Nacional del béisbol cubano, que se extendió hasta 204 días desde el Opening Day el pasado 12 de septiembre de 2020.


Para los Alazanes, el título se convierte en su tercero durante las últimas cinco temporadas, pero el primero que logran disfrutar sin el apoyo de los refuerzos. “Este ha sido el título más especial que hemos ganado”, dijo el as de los Alazanes, Lázaro Blanco, quien cerró con impecable marca de 5-0 y 1.66 ERA tras seis aperturas en estos playoffs. “Pienso que es muy especial, porque lo ganamos sin refuerzos, y eso nos deja una gran satisfacción”.


Con su tercera corona en Series Nacionales, el manager de los Alazanes, Carlos Martí, a sus 72 años y con 33 temporadas dirigidas entró en la lista de nueve directores que han ganado por lo menos tres campeonatos. Entre ellos, Martí también se incluyó junto a Alfonso Urquiola y Roger Machado como el tercer director que logra alzar el cetro en campañas “con y sin la utilización de refuerzos”.


Antes de este Juego 6, las probabilidades nos adelantaban que sólo dos de 14 series iniciadas con balance de 3-1, lograron extenderse hasta un Juego 7. Antes de esta 60 Serie, había ocurrido sólo dos veces, y en ambas ocasiones el equipo perdedor no pudo remontar. Así que, sin lugar a dudas, el nocaut 15-5 propinado por los Alazanes en el Juego 4, le dio un giro decisivo a la serie final. Sin embargo, aun así, los Cocodrilos lucharon por forzar el Juego 7. Tomaron la ventaja 5-1 este domingo sacando del box al zurdo Leandro Martínez en el sexto inning, pero les volvieron a fallar dos de sus principales fortalezas: La efectividad del bullpen y el bateo oportuno.



Después de obtener su victoria número 100 de forma inesperada en el Juego 5, Noelvis Entenza fue un digno rival y brindó una salida de calidad. En su octava aparición durante estos playoffs, el diestro cienfueguero caminó la ruta hasta el séptimo inning, donde Roel Santos le cerró el match con jonrón solitario que recortó la ventaja de los Cocodrilos, 5-3.



Tres limpias admitidas y el apoyo del rally de cinco rayitas en el sexto, encabezado por el doble limpia bases de Eduardo Blanco—y un bounce brusco que evitó el corte de Raico Santos en el left—le dieron un respiro a Entenza. Pero, tras perder en el conteo a Osvaldo Abreu con un out en el final del séptimo, Ferrer activó rápidamente a sus relevistas. El talentoso zurdo Naykel Yoel Cruz fue enviado al montículo y, tras tirarle un boleto a Raico Santos, resolvió el cero obligando a batear para double play a Carlos Benítez.


Sin embargo, durante el último tercio del juego, los Cocodrilos no lograron reaccionar. Yadir Drake abrió con doble—su segundo del partido—el séptimo contra Erluis Blanco y ahí se quedó, pasando a la historia del Juego 6 como el último corredor de Matanzas que llegó hasta posición anotadora.


Resumiendo, la inconsistencia ofensiva de Matanzas dejaba uno de los números más inesperados, incluso asumiendo lo difícil que le fue a cada equipo mantener el mejor estado de forma ante varias paradas en estos playoffs:


  • Entre los Juegos 3 y 5, los Cocodrilos ligaron 35 hits sencillos de manera consecutiva, sin producir extra bases en 95 veces al bate. Viendo ausente el impacto característico de sus sluggers ante los pitchers granmenses, el lineup matancero no pudo producir carreras a base de la velocidad.

  • De 50 innings jugados, dejaron de anotar en 40. Sí, ¡40!, en el 80% de todas sus oportunidades a la ofensiva durante esta final. En cambio, los Alazanes no dejaron de presionar a Naykel y, luego, al principal relevista de los Cocodrilos, el diestro Joel Suárez.

Durante todo el partido, los swings de los bateadores granmenses mostraron la consistente habilidad de contacto: Tras 42 apariciones en home, recibieron un solo ponche, el de Osvaldo Abreu ante Joel Suárez para cerrar el octavo. Además, los Alazanes embasaron corredores en todas las entradas, situación que obligó a que los Cocodrilos no fallaran sus cinco jugadas de double play—dos veces con rollings de Carlos Benítez e Iván Prieto, respectivamente—.


Al final, ese admirable ritmo y combatividad que no aparecen en las estadísticas, les dio a los Alazanes una y otra vez la posibilidad de alcanzar cada victoria. Base a Avilés, cañonazo de Guillermo García, un toque de Prieto y línea de sacrificio de Yulian Milán fabricaron la primera carrera del octavo. Con el tiro de Blanco a home, donde tenía mínimas probabilidades de sacar out, García se coló en la antesala. Y, acto seguido, otro balazo de Roel Santos igualó el match, 5-5.


El cero de Yoel Mojena en el noveno fue el punto detonante para que los Alazanes, como lo hicieron a lo largo de una final que encararon tras pasar varios días de confinamiento, se inspiraran nuevamente. Y, cuando Raico Santos le ganó el boleto a Joel Suárez, ya se sentía el olor a campeonato. Carlos Benítez, capitán y bateador probado bajo presión, sopló cohete al left. ¡Dos en bases! ¡Y la carrera del empate a 180 pies del home!


Con el box ardiendo en llamas, Ferrer intentó detener la inspiración del momento y le dio la pelota a Jonder Martínez para que el veterano encarara la situación. Pero Jonder, lejos de dominar, se vio con el agua al cuello tras lanzarle pelotazo a Avilés con su primer disparo al pentágono.



Bases llenas.


Strike, Bola, Bola y un pitcheo alto a 83 mph intentó evadir el madero de Guillermo García, pero el talentoso prospecto de los Alazanes haló a sus anchas y… WALK-OFF: ¡Se acabó el campeonato!


¡Los Alazanes de Granma, volvieron a ser los campeones del béisbol cubano!




(Foto de los Alazanes de Granma, campeones nacionales: Oscar Alfonso Sosa)

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