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Foto del escritorYirsandy Rodríguez

Las señales que emitió el primer Grand Slam de Randy Arozarena en MLB

Actualizado: 15 jun 2021


A pesar de entrar al plato de 3-0 este domingo en Tropicana Field durante la séptima entrada con las bases llenas, el par de bolas puestas en juego del cubano Randy Arozarena parecían estar más cerca del impactante swing que brilló en la postemporada el año pasado.


Tras poncharse en su primera visita al plato, Randy registró par de contactos sólidos a 101.3 y 112.0 mph, según resaltó el rojo intenso en los reportes de StatCast. Sin embargo, los Orioles de Baltimore sabían que el talentoso outfielder cubano no estaba disfrutando su ritmo más productivo en el plato. Randy regresó al lineup con pobre promedio de .213 en sus últimos 19 juegos, acumulando más ponches (21) que hits (16). Dentro de ese lapso, también se sumergía en su peor racha sin jonrones este año, al sumar 22 días y 84 apariciones en home con solo tres dobles como extra bases.


Durante toda la tarde, los Orioles trazaron una marcada estrategia para intentar aturdirlo: De sus 12 pitcheos en los primeros tres turnos, cinco fueron cambios de velocidad. ¿Por qué usarlo con tanta frecuencia? Razonable: Randy ha tenido preocupantes deficiencias contra los “changeups” en toda su carrera, además de ver expuesta su peor tasa de swing fallidos (Whiffs: 42.7%) este año.


Después de un out, el relevista de los Orioles, César Valdez, marcó el primer strike con una recta de cuatro costuras a 84 mph en la esquina exterior. Luego, lanzó un cambio de velocidad que se alejó de la zona a 76 mph. Tras ese conteo de 1-1, llegó la decisión del turno al bate. Valdez, en teoría, disparó solo el segundo cambio del matchup, pero el lanzamiento se convertía en el séptimo pitcheo fuera de velocidad entre los 15 recibidos este domingo por Randy Arozarena.


¿Qué sucedió finalmente? En un relampagueante giro de muñecas, el instinto de Randy demostró a las claras que estaba preparado para aplastar el “changeup”. Y, mientras el lanzamiento de Valdez flotaba hacia la esquina exterior, la vista de Randy se quedó fija hasta atacar otra vez con ese swing compacto que se convirtió en viral durante la postemporada pasado: ¡Bienvenido otro capítulo de emoción! ¡Randy golpeó una bomba que detonó a 410-ft por el right-center!



¡Grand Slam! ¡Grand Slam! ¡Grand Slam! ¡Así lo celebraron los Rays, incluso antes de que el umpire principal decretara oficialmente el jonrón!


Valdez se quedó anonadado en el centro del diamante, mientras Randy corrió sin detenerse hasta pisar la segunda almohadilla y percatarse de que era oficial el 16to jonrón de su carrera (en temporada regular). Los Rays aumentaron el marcador de 3-1 a 7-1, decidiendo el partido en ese final de la séptima entrada contra el bullpen de los Orioles.


“Estoy muy feliz, sobre todo por haber pegado esa pelota y lo sé por el equipo”, le dijo Randy Arozarena a MLB a través de un intérprete. “Estamos aquí tratando de obtener las victorias, y afortunadamente lo estamos haciendo. Somos un buen equipo, y seguimos en el primer lugar”.


Al lograr el éxito, los Rays completaron la barrida de fin de semana contra los Orioles de Baltimore, y con marca de 42-24 se mantienen liderando la División Este de la Liga Americana.


El emocionante jonrón de Randy Arozarena rompió su sequía de 87 apariciones en home sin sacar la pelota de los límites desde el pasado 20 de mayo. Y, en un contexto más personalizado, pasó a la historia como el primer Grand Slam de su carrera. Anteriormente, ocho de sus 15 jonrones habían encontrado al menos un corredor en circulación, pero nunca las almohadillas congestionadas.


El Grand Slam y otras ‘señales alarmantes’


Aunque la batalla de Randy por evitar la extensión de otro slump no terminará este domingo, en su sonrisa era fácil percibir la satisfacción de haber vuelto a producir para los Rays. De hecho, hubo otra señal positiva que probablemente haya pasado desapercibida este domingo en Tropicana Field: ¡Randy también bateó su primer jonrón contra un lanzamiento que no fue recta!


Sí, no es un error: Después de 1,489 lanzamientos recibidos desde su debut con los Cardenales de San Luis en 2019, Randy Arozarena había acumulado 15 jonrones consecutivos únicamente contra bolas rápidas en MLB.


¡15 de 15!


Antes del juego de este domingo, sus jonrones habían arrastrado estas tendencias:


-Contra 762 bolas rápidas: 119 bolas puestas en juego, 15 jonrones, con una frecuencia de un jonrón cada 7.9 rectas recibidas.


-Contra 712 pitcheos combinados entre rompientes y cambios de velocidad: 103 bolas puestas en juego, ¡cero jonrones!


No sé cómo sucede, ¡pero siempre los números nos sorprenden! Así que el jonrón de Randy este domingo trascenderá, probablemente, como uno de esos batazos difíciles de olvidar: 1) Fue el primer Grand Slam de su carrera. 2) El primer jonrón contra un pitcheo que no fue “recta”. 3) Y por si fuera poco, el quinto jonrón contra los Orioles de Baltimore: ¡A los rivales que más ha maltratado si de bombazos se trata!


Ahora la gran pregunta es si Randy Arozarena podrá darle el giro a una temporada donde, silenciosamente, las dudas sobre su potencial de contacto y poder han estado erosionando el recuerdo que idealizamos tras sus hazañas durante la postemporada pasada. Sí, este ataque promovido por la analítica buscando detener el impacto de su swing era razonable. Aun así, sabemos que Randy posee suficiente potencial para imponerse. Sin embargo, la temporada comienza a entrar en una peligrosa acumulación de apariciones al plato. Y a medida que se acerca el fin de la primera mitad, estas señales siguen siendo alarmantes:


Poder & Contacto



Como ves, el slugging de Randy ha bajado cada mes, y la sequía de jonrones en sus últimos 19 juegos había provocado la peor regresión hasta este domingo. Además, el poder aislado (ISO) y su OPS también mostraron considerables descensos, aunque el promedio en contacto (BAC) se ha mantenido después de mayo. Aquí podemos chequear otras métricas que incluí para evaluar la disciplina en el plato y su producción de extra bases:




Comencemos con MOBP%, la tasa de multi-embasados por cada juego jugado en el mes, considerando la suma de los hits, boletos y pelotazos recibidos.


En mayo pasado, Randy se embasó en múltiples ocasiones por juego durante el 51.9%, pero ese valor ha caído a 22.2% este mes. El descenso en su capacidad de embasarse más de una vez por juego se ha estado uniendo con la tasa de 33.3 MSO%, igual a los partidos con múltiples strikeouts recibidos. Al mismo tiempo, puedes ver cómo MBB% (tasa de multi-boletos por juego) y MX% (Tasa de multi-extra bases por juego) permanecen en 0.0%, pues Randy no logró duplicar ninguna de esas cifras este domingo ante los Orioles.


Resumiendo: Más strikeouts, menos juegos con multi embasado y la reducción del poder han arrastrado a Randy Arozarena hasta esa línea de .237/.275/.316 este mes. Tampoco deja de ser preocupante que esté golpeando para 91.3 mph en la velocidad de salida, y su promedio predictivo aparezca entre los peores de la MLB con sólo .213—el average de la liga es de .221—.


Aun así, Randy Arozarena ha sido clave para los Rays de Tampa Bay, llevando al campo su energía inagotable en busca del éxito colectivo. Sin dudas, no será fácil para Randy mantener durante 162 juegos la brillantez que lo definió como un héroe de la postemporada el año pasado, pero su talento podría volver a sorprender.


(Foto: Randy Arozarena/Twitter, Rays)

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