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Foto del escritorYirsandy Rodríguez

Yirsandy: El fascinante misterio de Randy Arozarena


Lo que sabemos es que el misterio comenzó de manera sensacional hace sólo 188 días, cuando el cubano Randy Arozarena despidió a 410-ft la bola rápida de 96.4 mph lanzada por Gerrit Cole en el Juego 1 de la Serie Divisional de la Liga Americana el 5 de octubre pasado.


¿El final? En este momento es lo menos que podemos definir en el admirable show que está bridando Arozarena con los Rays de Tampa Bay. Y una de las razones sobre ese pensamiento Randy la recordó este domingo, tras machacar un cutter del lanzador de los Yankees, Jordan Montgomery.



La habilidad de su combinación de ojos y manos sigue siendo tan devastadora y compacta como el hombre récord que despachó 10 jonrones bajo la presión de los playoffs el año pasado. Cierto, han sido sólo 37 apariciones en home hasta ahora en esta campaña, pero Randy parece estar listo para extender el legado que irrumpió en octubre pasado: Ahora registra 12 jonrones en sus últimas 123 visitas a la caja de bateo, una muestra que parece aún más sensacional cuando reduces todo a… ¡esos mismos 12 jonrones en sólo 28 juegos!


En 86 viajes por el plato durante la pasada postemporada, Randy no sólo impactó con esas 10 bombas: También fue capaz de mostrar más herramientas como su velocidad, la potencia de su brazo, además el rango de cobertura y la versatilidad de cubrir varias posiciones. Sin embargo, nada ha causado más conmoción que el desbordamiento de su poder.


Cuando se le preguntó a Randy Arozarena cuál había sido una de las principales claves para aumentar su resurgir ofensivo, atribuyó parte del éxito a los consejos de un entrenador con el cual trabajó en México y al coach de bateo en ligas menores de los Cardenales.


“Tuve un entrenador en México que me ayudó mucho con el trabajo de mis manos cuando jugaba allí, y el entrenador que tenía en San Luis, Erick Almonte, quien cambió mi postura en la caja de bateo”, dijo Arozarena en medio de su breakout con los Rays en los playoffs del año pasado.


“Estaba mucho más cruzado en ese momento, pero Almonte me ayudó a abrirme para que pudiera tener un mejor ángulo hacia la pelota. Siempre he tenido un swing rápido y fuerte, pero al juntar esos dos ajustes, realmente me concentré en tratar de mantenerlos sincronizados y hacerlo en el campo”.


Y ese ajuste lo podemos encontrar traducido en los reportes sobre sus bolas puestas en juego. Ciertamente, ninguna muestra es amplia, pero sí resultan significativas cuando expandimos el contexto. Durante la mayor parte de su tiempo en Ligas Menores, Randy se caracterizó por producir más rollings que batazos de línea o fly con la mejor versión de su swing. A diferentes niveles entre 2016 y 2018, promedió un 55% de rollings, la mayoría producidos cuando halaba los lanzamientos. Así que el ajuste con Almonte fue más determinante de lo que parece.


En su segundo año al nivel de Triple-A con los Cardenales, Randy redujo de 53.5% a 46.4% su tasa de rodados. También dejó de halar tanto la pelota, y el éxito se vio reflejado en su línea de .358/.435/.593, con 12 jonrones, 38 RBIs y .404 BABIP (Average de Bolas Puestas en Juego).


Teniendo una interesante herramienta de velocidad, expandir su mejoría en el ángulo de lanzamiento fue un paso clave en el resurgimiento del Randy Arozarena show del presente. Pero la gran oportunidad llegó cuando los Rays pusieron sus ojos en el prometedor y talentoso cubano de 26 años. Y ahora, en menos de 30 juegos después, es gratificante ver cómo el jugador de sólo 5’ 11’’ de estatura y 185 libras de peso puede estar a la altura de los principales bateadores de MLB.


El salto de nivel va siendo impresionante y, aunque seríamos demasiado ingenuos si pensáramos que para Randy será fácil mantener este ritmo, deberíamos analizar algunas tendencias reveladoras. Durante la postemporada pasada, Arozarena fue capaz de producir jonrones con rudeza contra una buena variedad de pitcheo. Aquí tenemos un reporte de esos 10 matchups:

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Como analizamos anteriormente aquí, uno de los ajustes decisivos de Randy fue el trabajo de sus manos, a raíz del cambio de postura en la caja de bateo en busca de un mejor ángulo de lanzamiento. ¿Recuerdas? Pero en ese sentido, el gran cambio de Randy en sus tendencias trascendió cuando comenzó a golpear menos rodados, pero aumentó su producción de líneas—12.5% subió a 27.9%—. De ahí se derivan parte de sus 10 jonrones con velocidad de salida promedio de 105 mph, un ángulo de lanzamiento rondando los 26°, 395-ft de distancia y varios jonrones hacia la banda opuesta.


No obstante, también deberíamos considerar que, de manera general, Randy ha luchado contra los pitcheos rompientes. Antes de ajustarse en la postemporada, promedió sólo .167 vs curveballs y .143 vs sliders. Si eso no te dice mucho entre 98 pitcheos registrados, probablemente su tasa de swing y fallo sí: Promedió 43.9%.


Apartando esa posible avería a seguir, los números de Randy show son impresionantes contra las bolas rápidas de MLB. ¿A qué nivel? Antes de este domingo, tomé los registros de todos los bateadores de Grandes Ligas que han visto al menos 250 pitcheos desde 2020 hasta los juegos del sábado. Luego, reduje la lista con los únicos hombres capaces de promediar al menos 95 mph en su velocidad de salida… ¿Qué descubrí? Nada, realmente, ¡porque ya sabemos que Randy show está a otro nivel!

—(2020-2021) vs. Fastballs: Mínimo 250 pitcheos y 95+ mph EV—


Tanto en BA (promedio de bateo), como en xBA (promedio de bateo esperado), SLG (slugging) y xSLG (Slugging esperado), Randy se ubica detrás de Giancarlo Stanton como los bateadores más consistentes contra las bolas rápidas. Obviamente, esta lista puede sufrir cambios trascendentales mientras van creciendo las muestras y el scouting de la oposición, pero incluso esa corta evaluación deja cifras impactantes.


Tal vez ahí está parte del secreto de Randy Arozarena en su irrupción entre los bateadores de élite desde el año pasado: Su consistencia aplastando las bolas rápidas dentro y fuera de la zona de strikes. Ese impacto ha sido fantástico y a la vez misterioso, porque no sabemos hasta dónde podría llegar.

Sí, ¡esperemos seguir disfrutándolo!

(Foto: Randy Arozarena/Fansided Rays)

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