Por: Yirsandy Rodríguez
Bien, si sigues esta columna desde hace algún tiempo, quizás recuerdes cuántas veces he escrito sobre las hazañas de Yordan Álvarez.
No puedo decir la cantidad de historias con certeza, pero estoy seguro de que la cifra podría sorprenderme: escribí sobre su paso en las Menores. Luego, la sensacional presentación en los Juegos de las Futuras Estrellas y, poco tiempo después, cuando debutó en las Grandes Ligas a los 21 años, conectando un jonrón contra el diestro de los Orioles, Dylan Bundy, el domingo 9 de junio de 2019 en Minute Maid Park.*
Probablemente, también Yuli Gurriel recuerde aquel jonrón de Yordan, quien lo bateó el día de su cumpleaños 35.
Recuerdo todos estos momentos cuando inició la carrera de Yordan Álvarez en las Mayores por la misma razón que tal vez lo haya motivado a usted: especialmente en esta temporada, me ha sorprendido su perseverancia para hacer el intento de alcanzar más nivel de juego. Y cuando me refiero a “su nivel de juego”, no sólo se trata del bateo. Podemos asegurar que, entre la élite de los bateadores a día de hoy en Grandes Ligas, Yordan, sin temor a equivocarnos, es uno de los más completos en todos los sentidos.
De hecho, ningún bateador en las Mayores fue capaz de llevar a otro nivel su disciplina en el plato como lo ha logrado Yordan este año: reconoció que debía poncharse menos, y redujo su tasa en un 5.6%. Entendió que ese ajuste sería clave para seleccionar mejores pitcheos, y su tasa de bases por bolas se disparó en un 5.5%.
Aun así, perdiéndose 27 juegos, Yordan bateó 37 jonrones durante la temporada regular de este año, cifra que lo colocó a dos del centenar en su carrera. ¿98 jonrones en 368 juegos? Sí, impresionante ritmo, ya que Lance Berkman fue el bateador que más rápido llegó a 100 HR vistiendo el traje de los Astros de Houston, y demoró 452 partidos. De acuerdo, cuando tienes talento y eres un bateador con la capacidad de Yordan Álvarez, esos grandes ajustes que a otros jugadores les cuestan años y en buena parte de las veces no los logran, pueden resolverse en tan corto tiempo como la espera de un turno a otro.
Dando por sentado que las virtudes legítimas de Yordan están destinadas para ver cómo su swing no deja de crujir lanzamiento en el plato, también sería justo dar crédito a las mejorías que están convirtiéndolo en un jugador más completo. Y, por supuesto, el gran valor agregado a su fórmula este año ha sido el impacto a la defensiva. No sé qué piensas, pero, indudablemente, me ha sorprendido cómo Yordan Álvarez está dominando las exigentes responsabilidades de un leftfielder dentro y fuera de Minute Maid Park.
Además, proteger la posición que normalmente le pertenecía a Michael Brantley ha sido un gran reto para Yordan. En todos esos detalles estuve pensando mientras disfrutaba del Juego 1 de la ALDS entre los Astros de Houston vs. los Marineros de Seattle. Después de fallar en el primer inning ante el abridor de los Marineros, el diestro Logan Gilbert, Yordan Álvarez fue paciente: aplastó una curveball en cuenta de 1-0, y produjo un doble remolcador contra la barda del left field, que pulverizó la mitad del déficit de Houston, colocando el marcador por 4-2 en el tercer capítulo.
En la entrada siguiente, el veterano Justin Verlander no pudo controlar a los Marineros, quienes extendieron la ventaja 6-2. Y, si no anotaron una carrera más, fue por el excelente disparo de Yordan Álvarez desde el left-center para sentenciar a Tyle France en el plato. ¿Qué? ¿Doble remolcador de dos carreras y una asistencia desde el leftfield para poner out en home a un corredor? Sí, estábamos viendo a Yordan robarse el show a otro nivel en la postemporada.
Como dijo el ex lanzador de MLB y ahora analista de ESPN, Ismael ‘Rocket’ Valdés: “Yordan está exhibiendo algo más que su poder como toletero. Tiene un cañón en el brazo y, sinceramente, creo que al coach de tercera de los Marineros no le pasaron bien el scouting report del brazo de Yordan Álvarez, porque de lo contrario, hubiesen detenido al corredor”.
Esa fue otra gran prueba entre las siete asistencias y la calificación de +5 en carreras salvadas a la defensiva de Yordan Álvarez durante sus 77 juegos iniciados como leftfielder. Lo que parecía increíble, ver a Yordan fuera del puesto de bateador designado y, aún mejor para los Astros, demostrando tanto destreza como potencia y precisión en su brazo, han sido excelentes noticias.
Antes de continuar con el impacto de Yordan este martes, ¿podemos dedicar un minuto a Yuli Gurriel? En el final del cuarto capítulo, bateó un jonrón sobre la slider de Gilbert en cuenta de 1-2, produciendo el segundo de sus tres hits en la noche. Ese fue sólo el tercer juego en la temporada (el primero desde el 17 de junio pasado) en que Gurriel conecta un jonrón y al menos tres imparables. ¿Que desde cuándo no bateaba un vuelacercas en conteo de dos strikes? Hacía tres meses y 11 días.
Esto escribí hace un par de semanas cuando Yuli Gurriel arribó a los 40 dobles por tercera ocasión en una temporada: “aunque no logre elevar sus promedios, quizás la frecuencia de dobles sea decisiva para otro gran momento en octubre”.
Aun así, he leído a algunos fanáticos decir que “al fin, Yuli Gurriel rompió el slump”. Y, bueno, si analizamos objetivamente, ¿es razonable creer que se ha quebrado un slump con un solo partido de multi-hits? No hay dudas de que a Yuli Gurriel le encantaría encontrar la mejor versión de su swing, pero eso dependerá de cómo pueda realizar los ajustes contra los lanzadores de Seattle.
De cualquier manera, Yuli manejó con éxito una slider de Gilbert en su primera vez al bate y encontró espacio en la zona corta del centerfield, con una conexión que viajó 243 pies a 77.7 mph. Luego, bateó el jonrón contra otra slider de Gilbert y, cuando estuvo seguro de que el fly se había ido por el left field, hizo un gesto como cuando intentamos liberar un poco de tensión.
En el octavo inning, después de un sencillo de Yordan a 113.7 mph y oportuno jonrón de Alex Bregman ante el supersónico Andrés Muñoz, Yuli Gurriel roció su tercer hit del juego, golpeando una bola rápida encendida de 101.8 mph. Acto seguido, Trey Mancini se ponchó y entregó el tercer out de la entrada.
Inicio del noveno: Marineros 7, Astros 5. La dupla de cubanos, Yordan Álvarez y Yuli Gurriel, se habían combinado para remolcar tres de las cinco carreras de los Astros. De haber sido dominante Verlander, el impacto ofensivo y defensivo de Yordan Álvarez tal vez hubiese alcanzado más connotación a esas alturas del juego.
Seattle había perdido dos ventajas de cuatro carreras, primero 4-0 en el tercer inning, y luego 7-3 en el octavo. El manager de los Marineros, Scott Servais, aún tenía dos carreras de ventaja y el bullpen listo para cualquier emergencia. Así pues, llegó el noveno episodio. Los Marineros fueron retirados en fila por el relevista Rafael Montero, mientras Paul Sewald subía al montículo para intentar un cierre crucial en el Juego 1. Entonces, por momentos, la angustia se apoderaba de los rostros en Minute Maid Park.
Había una razón obvia: parecía que se acercaba el final para un terrible Juego 1 donde Seattle no respetó la jerarquía de Justin Verlander, quien sobresale como un gran candidato para ganar el Cy Young de la Liga Americana en esta campaña. Si los Marineros salían con ventaja 1-0, el diestro Luis Castillo sería un difícil rival para el Juego 2 el próximo jueves. Por Houston en el final del noveno, Christian Vázquez roleteó al campo corto, el emergente David Hensley fue golpeado, y José Altuve se ponchó. Dos outs. Se terminaban las opciones para los Astros. Sin embargo, el novato Jeremy Peña devolvió la emoción al Minute Maid Park con un cañonazo crucial a 102.8 mph: le abrió paso a Yordan Álvarez.
Servais estaba preparado para comandar la situación. A un out de la primera victoria de los Marineros en la ALDS luego de 21 años, el plan era dominar a Peña para que no permitiera otro turno de Yordan. Con la posible carrera del empate o la victoria en las bases, Servais hizo lo que cualquier manager consecuentemente haría: traer a su mejor lanzador disponible, incluso si fuese un abridor.
La opción fue el zurdo Robbie Ray.
Asumiendo que habría descanso este miércoles, Robbie, señalado para abrir el Juego 3 durante el próximo sábado en T-Movile Park, probablemente enfrentaría sólo a Yordan por su condición de zurdo. Mientras Ray terminaba sus lanzamientos de calentamiento, el slugger cubano conversó con Alex Cintrón, coach de bateo del equipo, quien le mostró algunos videos de matchups anteriores frente a Ray. Era un instante digno de playoffs y, para Ray y Yordan, solo contaba superar el momento.
Al primer lanzamiento, Yordan buscó la bola rápida como un depredador y pellizcó de foul una sinker lanzada por Ray hacia la esquina baja-exterior. En todo el año, Ray confió en su slider, lanzándolo en el 52% de sus pitcheos cuando tomaba ventaja en el conteo contra bateadores zurdos. Aquí se puede apreciar la gráfica ilustrativa donde aparecen todos los porcentajes de swing sin contacto que generó la sinker de Ray:
Conociendo las habilidades de su rival, Ray intentó atacar la zona de strike, siguiendo el mismo plan estratégico de pitcheos con los cuales retó a Yordan este año, el gran por ciento en zonas internas, pero… ¡que batazo!: la pelota se perdió en la oscuridad de la noche de Houston, y en un abrir y cerrar de ojos el juego terminó. Cuando el jonrón salió, en ese instante fugaz de vuelo a 116.7 mph hasta recorrer 438 pies sobre los cintillos iluminados mostrando anuncios de la Coca Cola, Yordan protagonizaba uno de los grandes momentos en la historia de los playoffs.
No era un juego decisivo—si no das peso a su significación en una serie al máximo de cinco desafíos—, pero acababa de sacudir un sensacional walk-off HR que remontó déficit sin precedentes para cualquier equipo en la historia de la postemporada*. “Fue uno de los momentos más especiales de mi vida”, dijo Yordan Álvarez en entrevista después del partido, tras remolcar a los Astros impulsando cinco de las ocho carreras para el éxito este martes por 8-7 ante Seattle en el Juego 1 de la ALDS.
*Según la prestigiosa analista de MLB, Sarah Lang, Yordan Álvarez fue el primer jugador con un jonrón y una asistencia defensiva en el mismo juego de postemporada desde Hunter Renfroe en el Juego 4 de Serie Mundial 2020. Además, es el segundo jugador de los Astros en hacerlo, uniéndose a Lance Berkman.
¿Recuerdas el out en home gracias al tiro de Yordan en el cuarto inning? Esa carrera, al final, le hizo falta a Seattle para continuar con vida en el Juego 1. No sé si te sucedió, pero cuando Yordan golpeó esa pelota—disfruté el jonrón en medio de un apagón en La Habana—, me hizo recordar al instante aquellos walk-offs jonrones épicos en postemporada de David Ortíz, Manny Ramírez y Derek Jeter, entre otros. Cada uno de ellos, si recuerdas, tuvo algo en común: fueron grandes bateadores en grandes momentos.
Esa virtud que nos deleitó a lo largo de sus respectivas carreras, ha sido difícil de encontrar incluso en varios de los mejores bateadores de la historia. No todos pueden llegar al plato, saber que, al alcance de un jonrón, podrás entregarle el éxito a tu equipo. ¿Cuántas situaciones pueden generar presión ante una multitud llena de esperanzas en un parque de béisbol? Tener éxito en ese tipo de escenarios es realmente difícil.
Una sensación muy diferente es la que sienten los fanáticos, por supuesto. Con la presencia de Yordan subiendo al plato, es inevitable no soñar con la probabilidad de un jonrón, aunque a veces hay quienes piden al menos un swing que produzca el empate del marcador.
Siendo realistas, Yordan tenía la mayoría de las probabilidades en contra. De hecho, ningún bateador había conectado un walk-off HR para remolcar múltiples carreras que ofrecieran la victoria por 8-7 en un partido de postemporada, según Elías Sports. Y, seamos justos, porque independientemente de que Yordan salió airoso, Robbie Ray es uno de los lanzadores más dominantes en las Mayores.
Azotar los lanzamientos de Robbie ha sido una tarea difícil: en la temporada regular este año soportó un jonrón de “bateador zurdo” cada 36.5 enfrentamientos, y los dejó en apenas .387 slugging. Algunos grandes lanzadores han expresado que, en ocasiones, percibían cuándo y cómo podían sacar de paso o dominar a determinado bateador ante un turno de alta presión. La información que los entrenadores le ofrecieron a Yordan sobre Ray fue altamente valiosa, pero, aun así, sabemos que batear es la ejecución más difícil en el béisbol.
De principio a fin, el Juego 1 ALDS estuvo lleno de momentos interesantes, pero cuando llega el final y el margen de error se reduce, a veces olvidamos las oportunidades perdidas por los equipos durante, digamos, nueve entradas. Seattle ganó el partido del primer inning al octavo episodio, pero no supo rematar. Y, luego, algo me hizo recordar este refrán beisbolero: “los grandes momentos están destinados para grandes jugadores”.
No siempre sucede, por supuesto. Sin embargo, para Yordan Álvarez, era el juego de su vida: su familia estaba disfrutando el ambiente de playoff por vez primera en Minute Maid Park, ¿qué más podía pedir? “Si no eres fanático del béisbol, después de ver eso, es muy probable que estés sintonizando el juego del jueves”, dijo el manager de los Astros de Houston, Dusty Baker, sobre el sensacional jonrón de Yordan Álvarez.
Air Yordan fue, una vez más, el héroe de la ciudad, el hombre grande de los momentos claves, capaz de cargar a Houston hasta la gloria.
(Foto: Yordan Álvarez/GettyImages)
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