Los Cocodrilos de Matanzas otra vez lucieron imparables, como el equipo que ganó siete de sus últimos nueve juegos de postemporada antes de coronarse campeones el año pasado.
Luego de abrir perdiendo 5-0, los actuales campeones nacionales no pararon de anotar en cada inning a partir del cuarto, para vencer este viernes por 9-6 a los Elefantes de Cienfuegos en el Juego 1 de la serie de Cuartos de Finales en los playoffs de esta 60 Serie Nacional del béisbol cubano.
Historia del juego: Como visitantes en la burbuja del estadio José Antonio Huelga de la ciudad de Sancti Spíritus, los Elefantes de Cienfuegos, quienes vencieron 4-1 en la temporada regular a los Cocodrilos, mantuvieron la ventaja en el score hasta que un jonrón del cienfueguero Erisbel Arruebarena ante el relevista Carlos Damián Ramírez, empató el match 6-6 durante la parte baja del quinto episodio. De ahí en adelante, los Cocodrilos fueron los dueños del partido.
El zurdo Yoanis Yera se recuperó de una apertura donde no recibió el acostumbrado apoyo de la defensa, y frenó a los impetuosos Elefantes, lanzándoles par de ceros en el sexto y séptimo capítulo. Tras enfrentar tres veces al lineup de los sureños, Yera admitió ocho hits, cinco de ellos extra bases: Dobles de César Prieto, Luis Vicente Mateo (pegó dos) y Daniel Pérez, además del jonrón de Yusniel Ibáñez, su primero tras 99 PAs en postemporadas.
Sin embargo, Ferrer confió en su as y Yera cerró propinándoles cuatro ponches a los últimos 10 bateadores que retó, para acumular un total de ocho strikeouts en siete innings de labor.
Con ese registro, el lanzador natural del municipio de Martí, se convirtió en el 14to pitcher que sobrepasa la marca de 100 ponches (101) en la historia de la postemporada. Ahora Yera mejoró su marca ganadora a 7-3 en 18 aperturas y 109.2 innings lanzados en playoffs. Y, al admitir sólo dos limpias de las seis carreras que le anotaron los Elefantes —debido a tres costosas pifias: dos errores de Arruebarena y una del intermedista Aníbal Medina—, ahora el as de los Cocodrilos mejoró su efectividad de 4.12 a 4.04.
Por su parte, a diferencia de la temporada regular, donde al diestro cienfueguero Yasmany Insua sus oponentes le batearon sólo .191/.295/.265 en cada tercer enfrentamiento ante el lineup oponente, otra vez no pudo pasar del quinto capítulo: Par de dobles, de Ariel Sánchez y Jefferson Delgado provocaron su explosión, para luego dar paso al diestro Carlos Damián Ramírez, la principal carta en el bullpen del manager Alaín Álvarez. Después de dos outs, Carlos Damián perdió en el conteo al inicialista y quinto bate, Yariel Duque —quien tuvo tarde perfecta de 3-3—, complicación que le abrió las puertas del home a Arruebarena.
De 1-0 en la tarde con una base por bolas y dos inoportunos deslices a la defensa, “El Grillo” sabía que le tocaba una oportunidad de redención: En cuenta de 1-0, Ramírez pecó al tirar su slider de 73-mph fuera de comando —alta y ligeramente pegada—, donde Arruebarena haló con furia para sonar descomunal jonrón que empató sensacionalmente el juego 6-6.
Ese rally de cuatro rayitas, tres de ellas después de dos outs, fue el giro que necesitaban los Cocodrilos para luego rematar con una anotación en cada entrada del sexto al octavo.
MVP del juego: Sí, es justo resumir todo a esta increíble actuación en el Juego 1, protagonizada por el dúo de cienfuegueros que juegan con Matanzas, Juan Miguel Vázquez (4-1, 3RBI) y Erisbel Arruebarena (3-1, HR, 3R, 3RBI): Ambos se unieron para remolcar seis de las nueve carreras de los Cocodrilos. De hecho, Vázquez, quien había impulsado a sólo dos corredores en 51 apariciones al home durante su experiencia en playoffs, ¡superó ese registro este viernes con 3-RBIs!
Momento clave: El jonrón de Erisbel Arruebarena, que igualó 6-6 la pizarra en el final del quinto innings. Y adjunta a la emoción de ese espectacular jonronazo, también deberías saber otras de esas pequeñas hazañas “ocultas” que hacen del béisbol un juego tan especial como impredecible: Los lanzadores de Cienfuegos habían admitido sólo tres jonrones en la quinta entrada durante toda la temporada regular: ¡Uno cada 115.7 bateadores enfrentados! Pero aún no hemos terminado: Para Matanzas, ¡fue sólo el quinto bombazo durante un quinto inning esta campaña!
Lecciones del Juego 1
La defensa sigue siendo fundamental en la postemporada: Es cierto, probablemente analizamos demasiado la ofensiva y el pitcheo —chequea mi perspectiva en la comparación previa al Juego 1—.
Pero luego, nos damos cuenta que hay pequeños deslices defensivos capaces de hundir los partidos: En el sexto capítulo, una pifia del primera base Daniel Pérez, quien no pudo atrapar un bounce de Jefferson Delgado con dos outs, le abrió las puertas del home a Eduardo Blanco —quien salió del juego por lesión tras robarse la antesala y anotar—.
Un inning más tarde, en el “lucky seven”, los Cocodrilos aprovecharon otra marfilada defensiva, cuando el cátcher Richel López no pudo evitar que Arruebarena le llegara hasta tercera con un wild pitch. Acto seguido, un rolling fuerte de Juan Miguel Vázquez, devorado por el antesalista Pavel Quesada, envió al plato la octava anotación de los yumurinos.
Aprovechando otra pifia, esta vez del intermedista César Prieto, los Cocodrilos marcaron su novena carrera en el final del octavo, impulsada por el rightfielder Yadir Drake, en su regreso al lineup de los Cocodrilos tras una década.
La pizarra final: 9-6. ¿Cuándo omites varios deslices?: Pudo haber sido 6-6.
¡Béisbol de postemporada!
Seis carreras en los primeros cinco innings no fueron suficientes para los Elefantes de Cienfuegos: He aquí la diferencia entre el playoffs y la temporada regular: Durante el circuito clasificatorio, los Elefantes jugaron para marca de 10-6 cuando anotaron seis o más carreras. Pero en el segundo tercio del Juego 1, la ofensiva se congeló. Y, aunque los Elefantes volvieron a producir con el madero —batearon nueve hits, cinco de ellos extra bases—, no pudieron anotar entre el sexto y el noveno episodio.
En par de ocasiones, Daniel Pérez se quedó esperando remolque tras llegar a posición anotadora, primer por doble en el inicio del sexto. Y, dos innings después, cuando le pegó imparable a otro cienfueguero que juega con Matanzas, el diestro Noelvis Entenza en rol de relevo durante la parte baja del octavo.
Ambas entradas fueron terminadas por dos fallos del noveno bate, el centerfielder Luis Enrique González, con rolling a segunda y línea al short, este último batazo haciéndole swing a un pitcheo alto en cuenta de 3-1. De haber esperado, probablemente González habría ganado el boleto —la fastball de Entenza parecía alta—, opción que le ofrecía una crucial oportunidad de batear a César Prieto.
La ventaja de tres carreras fue suficiente para Entenza, quien agregó un ponche entre sus tres outs en fila para asegurar el éxito de los Cocodrilos de Matanzas. Con ese movimiento, el manager Armando Ferrer casi da por sentado que el diestro Renner Rivero será el abridor del Juego 2.
Por los Elefantes, probablemente el zurdo Abel Campos suba al montículo el próximo domingo, con la presión adicional de no poder contar con el principal relevista del equipo, Carlos Damián Ramírez, quien gastó 63 lanzamientos en 3.2 IP.
Una estadística clave que deberías saber: ¡Bienvenido Arruebarena!: Los torpederos de los Cocodrilos habían bateado sólo .191/.312/.245/.557 (BA/OBP/SLG/OPS) durante 270 PAs en la temporada regular, con dos jonrones y frecuencia de uno cada 135 PAs.
Perspectiva del Juego 2: Ahora los Elefantes de Cienfuegos han sufrido 10 reveces en sus últimas 13 decisiones en playoffs: Sin embargo, luego de haber perdido el Juego 1 en sus últimas tres series de postemporada, siempre han ganado el Juego 2: 4-2 en 2013 contra Villa Clara, 2-1 en 2012 ante Industriales, y 10-6 en 2011 frente a Pinar del Río.
¿Una explicación coherente? Eso, ¡béisbol!
(Foto de Erisbel Arruebarena/Oscar Alfonso)
Comentarios