Yuen Socarrás levantó su brazo derecho, señalándole al cerrador de los Gallos, Yanielquis Duardo, que apurara su estrategia de lanzamientos contra el intermedista de los Vegueros de Pinar del Río, Pedro Luis Dueñas. La lluvia comenzó a caer sobre el terreno del estadio José Antonio Huelga, cuando los Gallos estaban a punto de ganar el Juego 1 en el playoff de Cuartos de Finales de esta 61 Serie Nacional del béisbol cubano.
La ansiedad se apoderó de las voces de los jugadores espirituanos, que esperaban expectantes el tercer out del noveno inning. Dueñas entregó un elevado a tercera, y luego el cátcher y noveno bate de los Vegueros, Jorge Yoan Rojas, logró negociar un boleto ante Duardo. Con dos outs, el explosivo leadoff Juan Carlos Arencibia, entró al plato, un turno después de cruzar unas palabras cuando Socarrás lo dominó en fly a segunda para cerrar el séptimo inning.
Los lanzadores del bullpen, ubicados detrás de las cercas del rightfield, corrían intentando guarecerse de la lluvia, y al fin el momento estaba llegando. Arencibia haló con furia una slider de Duardo, pero la línea que golpeó fue devorada bajo el torrencial aguacero por el guante del novato Daniel González en lo profundo del leftfield, y finalmente los Gallos comenzaron a estallar de emoción: después de liderar la liga con marca de 45-30, vencieron a los Vegueros por 5-1 en el Juego 1 de esta serie de Cuartos de Finales.
Parte de los jugadores que estaban en el dugout, abrazaron a uno de los principales héroes de una victoria, el diestro abridor Yuen Socarrás, quien encabezó el camino con ocho sólidos innings donde admitió solo siete hits y una carrera. Después del out 27, no importaba la lluvia, todos los jugadores estaban celebrando alrededor del montículo, incluso se podía notar cómo compartieron el enfoque sobre los últimos lanzamientos del juego.
Con el triunfo, ahora los Gallos están dominando 4-2 la serie particular este año ante Pinar del Río, pero esta es la historia de superación que probablemente aún no sepan: fue su primera victoria ante un equipo de los Vegueros en playoffs, después de 11 años, dos meses y 25 días.
¡Larga espera, gran victoria!
El último triunfo de Sancti Spíritus contra Pinar del Río en postemporada, se remonta al miércoles 30 de marzo de 2011, cuando los Gallos vencieron por 13-1 con Ismel Jiménez, superando al zurdo Julio Alfredo Martínez en el Juego 4 del playoff de Cuartos de Finales en la 50 Serie Nacional. Sin embargo, tras igualar aquella serie 2-2, esta fue la racha de resultados angustiantes:
1- PRI, 6-5 SSP
2- PRI, 2-1 SSP
3- PRI, 9-7 SSP
4- PRI, 15-4 SSP
5- PRI, 9-8 SSP
La redención de Socarrás
Pinar del Río ganó los siguientes cinco juegos, incluyendo la barrida por 3-0 en los Cuartos de Finales del año pasado. Pero hay más, ya que el gran momento no fue solo para la satisfacción colectiva: Yuen Socarrás subió este miércoles al montículo del estadio José Antonio Huelga, con marca de 1-5 en 10 postemporadas, y no ganaba precisamente desde el Juego 1 de aquel playoff de 2011 en la Serie de Oro. Para el diestro espirituano de 35 años, habían pasado 11 años, tres meses y un día esperando este momento, aunque lanzó en 25 ¹/₃ innings en juegos de playoffs durante todo ese tiempo.
Precisamente horas antes del Juego 1, escribí sobre lo importante que sería para los Gallos una actuación sobresaliente de Yuen Socarrás, ofreciendo al menos durabilidad mientras el equipo batallaba contra el picheo abridor de élite de los Vegueros. Desde el inicio del juego, podía percibirse el enfoque de Socarrás, quien permitió hit de todas las dimensiones posibles y había explotado en su única apertura ante los Vegueros este año. Después de apenas cinco lanzamientos, Pinar del Río colocó en posición anotadora a su leadoff, Juan Carlos Arencibia, quien abrió el desafío con un sencillo al left, y luego se movió hasta segunda por un toque de sacrificio de Raidel Martínez.
Para no pocos, dentro de los que me incluyo, sacrificar a un bateador veloz y de excelente contacto como Roidel Martínez, de momento, fue una jugada polémica, ¿verdad? Pero, si analizamos, el manager Alexander Urquiola prefirió dejar el margen de error para los jugadores del infield espirituano. El toque de Roidel fue perfecto para obtener un out fácil, sobre todo en lugar de arriesgar un intento de robo ante el cátcher Yunior Ibarra.
Ese era el punto, y una inestimable ventaja que a veces parece invisible, pero es clave: Ibarra capturó al 67% de los 21 corredores que intentaron robarle una almohadilla. Y, ¿sabes qué? Arencibia fue uno de esos dichosos siete corredores, con un robo que se convirtió en el 14.2% del 33.3% que llegaron con vida a la siguiente base antes de ser quemados por el certero y poderoso brazo de Ibarra.
Así que, después de todo, Urquiola no estaba dispuesto a poner a prueba el cañón del receptor espirituano. Después de entregar ese primer out, Socarrás se mostró agresivo y dominó a tercero y cuarto bates, Lázaro Emilio Blanco y William Saavedra. Blanco no logró contener su swing ante los sliders, y terminó cediendo un elevado a segunda. Saavedra, uno de los bateadores más temibles en la historia de los playoffs, fue burlado por un slider de rotación perfecta que taladró su swing en la esquina interna de la zona de strike.
Con apenas 13 picheos, Socarrás salió airoso de una primera batalla contra los Vegueros y, aunque haya intentado olvidar el pasado, también luchaba contra su propio historial de decepciones bajo la presión de los playoffs. Luego, a pesar de gastar 22 picheos contra la tanda baja de los “pativerdes”, pudo aniquilar el segundo capítulo, y entonces los Gallos lo respaldaron, abriendo el marcador, 1-0. Después de un out, Dismani Ortíz le ganó el boleto al diestro Vladimir Baños, y un rolling al short de Yoandy Baguet consiguió que Ortíz se moviera hasta posición anotadora. Por cierto, Arencibia logró desplazarse con destreza, ya que pensó cubrir la intermedia ante la jugada de “corrido y bateo”, y luego fildeó prácticamente sin comodidad, pero consiguió realizar un tiro certero a la inicial.
Desde la primera entrada, donde Baños se desgastó con 21 picheos—más de un tercio contra Frederich Cepeda—, su comando no parecía lucir a la altura de su nivel. De hecho, llevó a 3-1 a Ortíz, a Baguet y luego lanzó un boleto también en 3-1 contra Moisés Esquerré. Con corredores en primera y tercera, Baños prácticamente se vio obligado a marcar contra Yunior Ibarra. Tiró un picheo hacia la esquina exterior en el primer lanzamiento, y el cátcher espirituano aprovechó la oferta para descargar una línea de hit al rightfield, que abrió el marcador 1-0.
Como de costumbre, los Vegueros intentaron remontar rápidamente, y lo consiguieron. Jorge Yoan Rojas abrió con doble al left halando un slider afuera de Socarrás. Arencibia sorprendió tocando perfecto por la antesala, y un rolling para double play de Roidel Martínez forzó el empate, 1-1. El duelo de picheo podía notarse, pero realmente Baños seguía sin ofrecer señales de dominio. Su bola rápida tocó las 88 mph, pero el cambio de velocidad se quedaba colgado y, cuando intentó que los bateadores espirituanos persiguieran su slider, se encontró con una invariable disciplina en el plato. Al mismo tiempo, la velocidad en función de la ofensiva, ese juego que les abrió camino hacia el plato a los Gallos durante toda la campaña, volvió a ser la filosofía del éxito.
Sancti Spíritus rompió el empate tan rápido como en el tercer inning, con un hit del veloz Daviel Gómez, quien entregó un toque perfecto entre el lanzador y el intermedista. Gómez intentó quitarse una bola rápida alta y pegada, casi a la altura de su vista, y el resultado fue una conexión bombeada que le abrió camino hasta la inicial. Luego, con Cepeda en cuenta de 1-0, se robó segunda, y Cepeda finalmente machacó otra slider de Baños, soltando una línea tendida al centro del campo que envió a Daviel hacia la registradora. En ese instante, las cámaras capturaron un momento en que se le notaba la preocupación a Urquiola. Era cierto, el juego apenas estaba 2-1 a favor de los Gallos, pero Baños había necesitado 56 picheos para sacar seis outs ante sus primeros 12 oponentes de la tarde.
Esa fue una excesiva cantidad de lanzamientos, casi cinco por cada bateador (4.6), lo que sin dudas resultó un adelanto del resultado final en la 35ta apertura de Baños en playoffs: no pudo completar la quinta entrada. Los Gallos se le embasaron en todos los innings. Del segundo al cuarto capítulo, al menos un corredor llegó a posición anotadora, y siempre se le embasaron después de dos outs.
Con ventaja de 2-1, los Gallos explotaron a Baños con tres cañonazos consecutivos—¡sí, después de dos outs!—en el quinto inning, incluyendo un doble remolcador de Yoandy Baguet ante su picheo número 104. Si Sancti Spíritus no anotó más carreras con su agresividad en las bases, fue por par de jugadas brillantes de Arencibia en el campo corto, y la exhibición de desplazamiento de Roidel Martínez en el jardín central.
Después de admitir la carrera en el tercer inning, Socarrás sacó cada out clave para cerrar las posibilidades de los Vegueros:
1) Dominó a Jorge Yoan Rojas en elevado al right, cuando Yasser González representaba el empate en la antesala durante la parte alta del cuarto episodio. Por cierto, luego de que Renier León se embasara por error abriendo ese inning, Urquiola insistió una vez más en ordenar el toque. ¿Cuál fue el resultado? Yasser Julio González, quien bateó 20 dobles, 13 jonrones y se sacrificó EN UNA SOLA OCASIÓN durante 307 apariciones al plato en la temporada regular, facilitó el force-out en segunda tocando de frente a Socarrás.
2) Tras retirar el quinto inning con tres outs consecutivos, Yuen sacó otro out crucial, dominando a Pedro Luis Dueñas en elevado al intermedista, con corredores en primera y segunda.
Su bola rápida, que subió hasta 88-89 mph a inicios del juego, penetró a 87 mph y dejó el swing de Dueñas casi indefenso. El picheo pegado fue una de las estrategias más marcadas de Socarrás en todo el partido, la mezcla de su slider buscando persecución de sus oponentes, y luego el cambio en sus velocidades. Su actuación se sincronizó con el cátcher Yunior Ibarra, a la altura de lo que esperaba el manager Eriel Sánchez, quien le ofreció otro inning de trabajo a Socarrás.
En el séptimo, después de cruzar algunas palabras cuando dominó a Arencibia, Socarrás consiguió otro rodado para doble matanza de Roidel Martínez. Era su juego, el momento que tanto esperaba, y lo estaba disfrutando al máximo. Finalmente, en el octavo, Saavedra descubrió la slider de Socarrás, y conectó un sencillo bombeado a lo corto del left-center, pero luego, León y Yasser Julio González salieron cabizbajos con par de elevados de foul al infield.
¡Se completó el trabajo! La ansiada victoria estaba ahí, tan cerca como a tres outs, y la ventaja 5-1, ampliada por un hit del emergente Lázaro Viciedo y elevado de sacrificio de Ibarra en el séptimo, pesó una tonelada.
Los Vegueros nunca pudieron estar ni siquiera camino a remontar. La ofensiva fue limitada una vez más con corredores en posición anotadora, y la mancuerna picheo-defensa de los Gallos exhibió el nivel del equipo que lideró la temporada regular. El bullpen, que ha sido la fortaleza más disminuida de los pativerdes, se notó esperanzador, con figuras como los diestros Leodan Reyes y Leonardo Ocles, par de prospectos en ascenso, pero sin el apoyo ofensivo del equipo, ¿hasta dónde podrían llegar los Vegueros en este playoff, aunque cuenten con joyas de picheo de Yosvany Torres y Erlis Casanova?
Esa es una gran pregunta para la cual encontraremos respuesta muy pronto, probablemente este jueves en el Juego 2. Por ahora, las probabilidades de éxito les siguen favoreciendo a los Gallos, quienes buscarán salir de casa con la serie 2-0, después de una larga espera de 14 años.
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