Una vez más bienvenido a Leyendas del béisbol cubano, un proyecto iniciado el pasado año y que pese a ser interrumpido nunca dejó de existir. ¿Qué puedes encontrar aquí? ¡No hay límites! Estoy pensando en traerte todas las semanas una historia impredecible para ti, pero que vas a apreciar porque será sorprendente. Desde que cubro el béisbol para BaseballdeCuba.com, había pensado en un proyecto como este. Entonces, ¿por qué no me lancé antes?: Bueno, para ser honesto, siempre pensé que merecía un espacio especial dentro de la cobertura anual del béisbol cubano. Sé que la lectura será de tu agrado y, sobre todo, seguramente te remitirá a varias de tus historias favoritas. Espero que disfrutes la lectura, tanto como lo orgulloso y complacido que me sentiré de escribirlas, mientras disfruto recordándote por qué amamos el béisbol.
Mencionar al lanzador diestro camagüeyano, Juan Pérez Pérez, en los años setenta fue como invocar la “leyenda de la bola rápida inexpugnable”. Era, sin discusión, uno de los lanzadores más respetados a inicios de las Series Nacionales.
Sin embargo, es posible que Pérez Pérez no esté en la lista de los 10 primeros nombres si los jóvenes de hoy día se disponen a revelar sus lanzadores favoritos. Posiblemente me haya ocurrido a mí también.
Haga ese ejercicio en su memoria y luego podemos debatir. Por esa razón, me atrevo a decir que será bastante probable no encontrar el nombre de Pérez Pérez. Y, si es así, entiendo porque: Los seguidores del béisbol en las nuevas generaciones no han escuchado todo lo suficiente sobre la grandeza de uno de los pitchers más dominantes de la historia.
Si estás en el grupo de fanáticos que apenas conocen las hazañas de Pérez Pérez, entonces vas a disfrutar mientras conoces cada relato que protagonizó el ilustre diestro camagüeyano. ¡Espero que estés listo para sorprenderte!
Comencemos respondiendo lo que pudo convertirse en una profunda interrogante cuando expresé 40 palabras atrás mi definición sobre dónde deberíamos ubicar a Pérez Pérez entre los mejores lanzadores en Series Nacionales del béisbol cubano: “…uno de los pitchers más dominantes de la historia”. ¿Palabras mayores? Si existiera esa calificación de “más dominantes de la historia” en el béisbol cubano, quizás con letras góticas rubricadas en una placa del Salón de la Fama alguna vez: El nombre de Juan Pérez Pérez tendría que estar entre esos honorables miembros.
Permítame contarle la historia: Luego de los 1,301.1 innings que lanzó durante 11 temporadas, Pérez Pérez cerró con marca de 89-58. ¿En qué lugar lo ubican sus números entre todos los pitchers con al menos 1,000 entradas lanzadas en Series Nacionales?
-Lugar 89) en juegos ganados. Pero, además…
-Lugar 29) en blanqueadas con 25.
-Lugar 60) en strikeouts con 974.
Esos números, por ejemplo, son 106 strikeouts y 69 victorias menos que el diestro tunero Yoalkis Cruz (18 temporadas), quien había iniciado apenas la 59 Serie Nacional con la misma cifra de 974 ponches que dejó Pérez Pérez en 11 series. Entonces, si nos guiamos simplemente por los números, ellos nos conducirán a la equívoca idea de que, en ese caso, Yoalkis fue un pitcher con reales tendencias de rendimiento respaldado sobre Pérez Pérez. No es una comparación, es lo que a veces muestran las estadísticas cuando no las usamos debidamente.
Por eso en cuestiones de comparaciones, nunca deberíamos olvidar “contextos”, “tendencias”, “frecuencias” por año, pero sobre todo, dejar lo antes mencionado en un segundo plano y hurgar en la historia. Sí, porque tal vez hubo pocas bolas rápidas tan dominantes como la de Juan Pérez Pérez… Y porque posiblemente nunca habrá un pitcher que logre las hazañas épicas del astro camagüeyano. ¿Qué? Sí, y su legado sostiene cada una de estas ponderaciones con tanta firmeza como cada proeza que protagonizó desde la colina: ¿Algún pitcher podría lanzar cuatro “No-hitters” en el béisbol cubano? ¡Juan Pérez Pérez registró tres con apenas 23 años!
¡Tres!
¡Increíble!
Cuando venció 2-0 a Citricultores en la XIV Serie Nacional, regalándole la joya de pitcheo a su fanaticada del equipo Ganaderos en el parque Cándido González, Pérez Pérez pasó a los anales de la historia como el primer (¡y hasta ahora único!) pitcher cubano con tres “No hit, no run”.
Eso fue hace 46 años, once meses y 8 días, hazaña que logró a los 23 años (cinco meses y tres días de nacido). Pero, antes de salir de lo que parecía un atolladero en la octava entrada contra Citricultores después de sacar 21 outs consecutivos aquel domingo, ponchando a Lázaro Madan tras conceder dos bases por bolas (a Evelio Hernández y al “Curro” Pérez) y un pelotazo a Armando Sánchez, Pérez Pérez no sólo rubricaba su tercer “No-no”: Ese era el sexto de su carrera, si contamos además los dos alcanzados en la categoría juvenil y uno con el team Cuba ante Venezuela.
Para entonces, aquel juego ganado 4-0 el 29 de noviembre de 1973 en el XXI Campeonato Mundial de La Habana, era el primero que lograba un lanzador cubano en la historia de dicho evento. Y en la pelota cubana, ese último “No-hitter” contra Citricultores, que le siguió a las colosales actuaciones ante Serranos (7-0 el 22 de febrero de 1973 a los 21 años) y Oriente (1-0 el 25 de abril de 1974 a los 22 años) formó parte del impresionante 48.5% de sus 81 juegos completos en 167 aperturas. Aquellos capítulos irrepetibles, aún revelan parte de la grandeza de Juan Pérez Pérez en una época donde predominaban los ases del pitcheo.
Sin dudas, dentro del honorable club selecto de astros monticulares y entre los duelos clásicos más famosos de los setenta, el joven diestro camagüeyano se ganó rápidamente el respeto a base de talento. Y eso lo hizo primeramente imponiendo una bola rápida considerada insuperable, aun cuando no existía manera de comprobarlo porque no se había puesto en uso el velocímetro en Series Nacionales.
“Era un pitcher espectacular”, me dijo Pedro Chávez en enero del 2020, cuando visitó el estadio Latinoamericano para el día inaugural del playoff semifinal entre Industriales y Camagüey. Mientras conversaba con el icónico número “3” de aquellos Industriales que hicieron historia ganando cuatro títulos (1963-1966), aproveché la oportunidad para preguntarle sobre quiénes habían sido los pitchers más veloces que había visto o enfrentado en Series Nacionales. La respuesta no demoró, y el nombre de Juan Pérez Pérez encabezó la lista.
“Imponente”, así lo calificó Pedro Chávez, una reacción que usted también podría comenzar a experimentar ahora: Entre los 150 pitchers que han lanzado al menos 1,000 innings en Series Nacionales, ninguno fue menos bateado que Pérez Pérez. ¿A qué me refiero cuando digo “bateado”? Si se trata de cualquier tipo de éxito, u otras categorías como jonrones o extra bases permitidos, Pérez Pérez fue imbatible: Permitió promedio de bateo de .192 a sus 5,233 oponentes, el registro aún más dominante en todos los tiempos. Pero, ¿sabes cada cuántos bateadores enfrentados soportó un jonrón?: ¡Cada promedio de 261! ¡Sí, impresionante!
De hecho, su diferencia fue considerable sobre el segundo de la lista, el también desaparecido diestro Walfrido Ruíz, con 107 unidades. Walfrido admitió un jonrón cada 154 enfrentados, pero Juan Pérez Pérez permitió apenas 20 en 1,301.1 entradas. En ese sentido, el efecto de su bola rápida fue devastador, pues también podemos agregar la tasa de 6.1 H9 (hits permitidos por cada nueve innings) y que hundió a sus rivales en una deslucida tasa de extra bases de 2.9% —ambos récords aún insuperables—.
A menudo, parte de la diversidad por épocas del béisbol cubano hace que se critiquen grandes actuaciones, debido a los constantes cambios en la liga. Por ejemplo, es razonable pensar que en los setenta el pitcheo tenía ventaja al utilizarse bate de madera y una pelota sin el bote acostumbrado de años posteriores.
Es válido analizar cada detalle en el contexto, pero también es justo decir que, a pesar de todo, hubo jugadores únicos en su clase, capaces de sobresalir y hacer trascender sus hazañas durante varias épocas. Y uno de esos pitchers fue Juan Pérez Pérez, a quien sus números pueden presentártelo como una estrella fugaz de 11 temporadas, pero de quien nunca deberíamos olvidar en la leyenda que se convirtió durante su carrera entre los 17 y 32 años.
Después de liderar la liga con 1.13 de efectividad en 1974, Pérez Pérez también protagonizó titulares al registrar cinco blanqueadas al año siguiente (1975). Y en 1976, encabezando la rotación de pitcheo junto a Omar Carrero en aquellos inolvidables Ganaderos, los llamados “incapturables”, dirigidos por Carlos Gómez, probó la gloria cuando ganaron el campeonato. Detrás de Carrero, quien fue el ganador de la Triple Corona de pitcheo, Pérez Pérez lanzó para marca de 6-1 y 1.17 de efectividad, aporte que impulsó el registro final de 29-9 del equipo.
En la historia de 60 Series Nacionales, hay sólo tres pitchers que han logrado liderar la liga con al menos 200 ponches: Manuel Alarcón (200 en 1968), Santiago “Changa” Mederos (208 en 1969) y el actual recordista, Maels Rodríguez (lo hizo en 2001 y 2002, con 263 y 219, respectivamente). Como ves, Juan Pérez Pérez no está junto a esos nombres en los libros de récords, pero su grandeza también conquistó un lugar especial, convirtiéndose en una leyenda del montículo capaz de hacernos apreciar más allá de aquella bola rápida intratable.
(Fotos: Archivo de BaseballdeCuba)
JPP se dañó el brazo (dicen que jugando al corcho en la calle), y vi un juego en su retorno a los 31 años, sin su famosísima bola rápida, en el que no le fue mal, aunque ya no era ni la sombra de su pasado glorioso. Cuando estuvo saludable era impresionante, casi imbateable, un pitcherzaso.