Por: Yirsandy Rodríguez
Casi todos nos preguntamos cómo sucede.
Con frecuencia, se dice que los “grandes momentos” en el béisbol están reservados para los “grandes jugadores”. Por años, en ocasiones he intentado no creerlo, pero la mística del béisbol juega con nosotros una y otra vez.
Nadie sabe cómo ocurre, cómo después de un error en incontables ocasiones el siguiente bateador conecta un hit. O, también, con tanta coincidencia, un fildeador que realiza una gran jugada luego abre el inning a la ofensiva por su equipo—o al menos está entre los primeros para consumir su turno al bate—.
Esa es la esencia del béisbol. Cuando comienza un juego, no sabes cuándo y cómo terminará. El de ayer es diferente al de hoy y, viceversa, aunque el resultado sea el mismo en la pizarra final, todos los partidos tendrán algo así como su propio ADN beisbolero. Drama. Una emocionante remontada tras un hit walk-off; un strike que no fue strike o un error inesperado.
Todo cuenta. Parte de esa historia ocurrió este miércoles en el estadio José Ramón Cepero durante la cuarta jornada de la I Liga Élite del Béisbol Cubano.
El equipo de Centrales ganaba cómodamente en el inicio del noveno por 3-1, con el as de los Elefantes de Cienfuegos, el diestro Hermes González, efectuando su segundo relevo de la temporada. En su carrera de seis temporadas al nivel de la Serie Nacional cubana, González ha tenido suficiente experiencia como relevista en el bullpen de los Elefantes. Sin embargo, rara vez era responsable de cerrar los partidos, y se ha desempeñado como abridor en 27 de 43 apariciones durante las últimas dos campañas.
Decía el ilustre “Guajiro de Laberinto”, Conrado Marrero, “que el primer requisito de un relevista, más allá de la fortaleza de sus armas para dominar, era el control”. Después de realizar 17 efectivas salidas con los disminuidos Elefantes de Cienfuegos en la pasada 61 Serie Nacional, Hermes González sorprendió con marca de 10-2, y una milimétrica efectividad de 3.06 que derivó en un imponente 167 ERA+.
De una temporada a la otra, si comparamos las actuaciones de González en sus últimas dos series, parecía que sus registros de 2020-2021 los había dejado otro lanzador:
60 Serie: .301 BA, .410 OBP, .430 SLG, 3.1 K/9, 6.0 BB/9
61 Serie: .259 BA, .329 OBP, .378 SLG, 4.3 K/9, 2.9 BB/9
Si hubo un gran giro que pulverizó parte de las inconsistencias de González, fueron sus ajustes para mejorar no sólo el control, sino también el importante complemento entre comando y velocidad en sus pitcheos. En todos los sentidos, fue más consistente, alcanzando niveles inexplorados de durabilidad*: tras 109 innings, promedió 6 ⅔ IP por apertura, convirtiéndose en la esperanza de una rotación que se hundía cuando no tenía su presencia en el montículo.
*Por si eso fuera poco, Hermes lanzó en 17 aperturas durante este año sólo 20 innings menos que todos sus registros acumulados en las primera cuatro temporadas de su carrera con los Elefantes de Cienfuegos (2014-2018).
Entonces, si analizamos las señales, quizás el problema de Hermes González no hayan sido sus tres sencillos permitidos, la base por bolas, un wild pitch, y el jonrón que le conectó el rightfielder de Tabacaleros, Leonardo Urgellés. Sin dudas, tendrá que readaptarse nuevamente al enfoque de lanzar como relevista, su nueva responsabilidad bajo el mando del manager Armando Ferrer con Centrales.
Luego de un increíble partido de dos bases por bolas combinadas en 17 innings este miércoles en el estadio José Ramón Cepero*, Centrales ganaba 3-1. Después de retirar a sus últimos cuatro oponentes, Hermes González abrió el final del noveno ponchando a Leslie Anderson, y luego Osvaldo Vázquez se embasó por error del torpedero Luis Vicente Mateo.
*El par de boletos los lanzó el relevista de los Ganaderos, José Eduardo Santos.
Seguidamente, Liusvany Pérez entregó el segundo out en elevado al left, y entonces comenzó la debacle. Base por bolas a Daviel Gómez y sencillo remolcador de Yunier Mendoza, despidieron a González con la pizarra 3-2. El diestro villaclareño Eriel Carrillo fue enviado al montículo y, bajo la presión del momento, no pudo apagar el fuego: golpeó a sus primeros dos rivales, los avileños Héctor Labrada y Raúl González.
Se empató el partido y las bases seguían llenas, con Yordanis Samón caminando hacia el plato. Durante sus anteriores tres visitas al rectángulo de bate en la tarde, el swing de Samón extrañamente no había encontrado éxito. “El Bombardero del Dorado” bateó un doble ante el zurdo Yamichel Pérez y anotó en el primer inning. Luego, roció tres elevados a cada uno de los outfielders en la tercera, sexta y octava entrada, respectivamente.
Aun así, por un millón de razones, no hacía falta preguntarle al manager debutante Héctor Huelga a quién elegiría ver madero en mano con bases llenas para definir el match con dos outs. Samón, inigualable devorador de pelotas y estrategias defensivas, dictó sentencia con un rodado de hit por la intermedia. ¡Y Ganaderos completó la remontada, ganando por 4-3!
¿Recuerdas cuando nos preguntamos cómo podía ser posible que algunos grandes turnos parecieran destinados para grandes bateadores? Bien, volvimos a vivirlo. Ciertamente, es imposible no ser románticos con el béisbol, ¿verdad? Sin embargo, casi siempre tenemos una explicación coherente cuando intentamos leer el desenlace del juego.
Esta vez, todo giraba alrededor de la situación decisiva: si no puedes sacar el último out contra la tanda baja, será un hecho que el inning pase a estado de máxima ebullición. Y, luego, cuando primero y segundo bate—quienes se combinaban de 8-1 en el juego—recibieron sendos dead balls, era tarde para impedir lo que se tornaba predecible.
Puede fallar, sobre todo porque el batear en el béisbol está destinado a ello, pero si alguien no suele perdonar en situaciones de clutch a nivel nacional, es Yordanis Samón Matamoros. En otras palabras, los Centrales estaban listos para sentencia y, Samón, como el pasado sábado ante Cafetaleros, le dio la victoria a Ganaderos con el batazo decisivo.
(Foto: Equipo de Centrales reunido alrededor del montículo/Gerardo Mayet)
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