Marianao Baseball Club (Marianao B.B.C)
"Ciudad que progresa"
El Club Marianao no fue de los primeros en llegar a los torneos profesionales cubanos, pero si quedó como uno de los de mayor participación en estos, con un total de 26 apariciones.
Su debut se produjo en la campaña de 1922-1923, un 26 de noviembre de 1922, con triunfo de 5-2 sobre el Santa Clara.
El elenco, después del Habana, se convirtió en el segundo conjunto en la liga en debutar ganando el título del torneo, cuando en esta propia temporada, al mando de Baldomero "Merito" Acosta, sorprendió a los consagrados Habana y Almendares y con balance de 35-19 (.648) y un empate se llevó el banderín, siempre enfrentando la seria amenaza del gran Club Habana, que logró en sus finales una racha de siete trunfos en línea.
El equipo tuvo que revertir el no poder continuar con algunas de sus principales figuras de Estados Unidos, quienes no pudieron completar la temporada y regresaron a su país. De este modo, la entrada de jugadores nativos de reemplazo fue factor clave en la victoria, aunque el peso del equipo estuvo en la calidad de jugadores como Manuel "Patato" Cueto, Luis Mederos, Lucas Boada, Ben "Indio" Tincup, José M. Fernández, Rogelio Crespo, Emilio Palmero, Agustín Parpetti, el propio "Merito" Acosta, entre otros. Sería este el mismo torneo donde un cuarto participante, Santa Clara, se retiraría del torneo, un 14 de enero de 1923, al retirárseles un triunfo previo frente al propio Marianao.
Los marianenses triunfarían otras tres veces en los torneos cubanos, en las campañas de 1936-1937, esta vez bajo las órdenes y el brazo del inmortal Martín Dihigo, y consecutivamente en los campeonatos de 1956-1957, en este guiados por el bate del Más Valioso del torneo, Orestes Miñoso, y los lanzadores ganadores de 11 juegos cada uno, Mike Fornieles y Jim Bunning, todos dirigidos por Napoleón Reyes, y de 1957-1958, con una vez más "Nap" Reyes al mando y con el norteño Bob Shaw - 14 triunfos y Jugador Más Valioso - y Fornieles repitiendo sus 11 victorias, como líderes del cuerpo de lanzadores.
De los cuatro grandes conjuntos de la Liga Cubana, el Marianao siempre resultó el más pobre competidor. Tras dejar atrás el sobrenombre de los Monjes Grises, el elenco seleccionó al Tigre como su principal identificador, con además un predominante color naranja en sus uniformes. En total, el equipo alcanzó cuatro títulos con seis segundos lugares, otros seis quedando como terceros de la liga y en 10 ocasiones como cuarto lugar de sus 26 participaciones.
Dos de las grandes hazañas del conjunto se produjeron durante la obtención de sus dos primeros títulos. La primera fue el haber ganado de manera sorprendente el campeonato de su debut en 1922-1923, cuando superaron al históricamente mejor elenco Habana. La historia refleja que, en los tres últimos juegos de la temporada, ambos equipos se enfrentaron con la discusión del título por medio. El Habana marchaba segundo pero a solo dos juegos del Marianao, y una barrida les hubiera dado el gallardete de campeones, sin embargo, en el primer encuentro de la serie, el 1ro de marzo de 1923, el derecho matancero Lucas Boada se encargó de apagar toda esperanza habanera, limitándolos a solo 3 hits en triunfo de 2-1, para su 10ma victoria de la temporada y así sellar el histórico primer campeonato del elenco debutante.
En esa campaña de 1922-1923 sería cuando se produciría el debut por el Habana y con solo 17 años, de un jugador con el nombre de Martín Magdaleno Dihigo Llanos, posteriormente conocido como El Inmortal, El Maestro o simplemente: Martín Dihigo, quien radicalmente impactaría la historia del béisbol en la isla, hasta convertirse en el primer jugador cubano ascendido al Salón de la Fama del Béisbol norteamericano en Cooperstown, New York, no por gusto el gran Buck Leonard diría de él: "Fue (Dihigo) el mejor jugador de todos los tiempos, blanco o negro".
¿Quién diría que, 14 años después, el propio Dihigo sería el héroe del segundo título del Marianao?.
Pues sería en la campaña de 1936-1937, cuando el Marianao escoltaba al Santa Clara en la segunda posición del torneo - ubicado a tres juegos de este - y con solo tres partidos por jugar entre sí, cuando ambos elencos se vieorn las caras en el histórico Boulanger Park de Santa Clara, para básicamente definir el titular de esa campaña. Pese a que el Santa Clara solo necesitaba de una victoria para alzarse con el campeonato, lo insólito sucedería cuando, de manera sensacional, el Marianao completó barrida en los tres choques con triunfos de 7-2, 12-7 y 3-0, el día 13 y en el doble juego del 14 de febrero de 1937, respectivamente, para igualar en la cima y forzar una serie extra que decidiría el campeón de la temporada 1936-1937.
El decisivo Play Off se jugaría al mejor a tres choques en el estadio La Tropical, y allí en el primer juego de la serie, Santa Clara vencería al Marianao 6-1, el 18 de febrero de 1937, colgado del brazo de Raymond "el Jabao" Brown - ganador de 21 juegos en la etapa regular -, quien superó a un demasiado descansado Martín Dihigo y al relevista Manolo Fortés. Brown solo aceptó 4 hits al Marianao, colocando así al Santa Clara, una vez más, a las puertas del título.
Sin embargo, un elenco Marianao no extraño a remontar desventajas en la serie, dos días después contaría con el derecho Silvio García, quien lanzaría el mejor juego de su carrera, para con marcador de 4-2 igualar el Play Off y forzar un tercer encuentro. El decisivo tercer choque se jugaría el 21 de febrero, y en este y con solo dos días de descanso, Dihigo tomaría dulce desquite de su derrota anterior, colgando 8 ceros a los Leopardos y solo en el noveno aceptando jonrón de tres carreras de Bill Perkins, para con un marcador final de 7-3, llevar al Marianao a la victoria. En el histórico tercer juego, Marianao fue muy superior a Brown - quien no pudo repetir la hazaña del juego 1 de la serie - y las siete carreras que le marcaron fueron suficientes para la victoria. Tras concluida la contienda, el indiscutido héroe, Martín Dihigo, recibía su segundo título de liga consecutivo como Jugador Más Valioso - el tercero de su carrera tras haberlo logrado también en la campaña de 1927-1928 con el Habana - , mientras el Marianao se coronaba también por segunda vez en su historia.
Otro gran logro del elenco fue el de convertirse, en 1958, en el único equipo ganador de manera consecutiva de las ediciones de las Series del Caribe, tras su triunfo de 1957 con balance de 5-1 y más cerradamente un año después, con récord de 4-2.
Precisamente, en el campeonato de la Serie del Caribe de 1958, fueron cruciales para el Marianao los dos triunfos de Pedro Ramos - tuvo balance de 2-1 ponchando a 18 en 15 1/3 innings en la serie -, resaltando el segundo de ellos efectuado el 12 de febrero, cuando dejó en una carrera y 8 hits a Panamá con 11 ponches sin boletos, mientras un día después el brazo del derecho norteamericano Bob Shaw se encargó de superar al Caguas de Puerto Rico en el decisivo choque del 13 de febrero, por marcador de 2-0.
Box score - Cuba (Marianao) - Puerto Rico (Cagüas) - Feb 13, 1958 Serie del Caribe 1958
En este último encuentro, Shaw se lució blanqueando a Puerto Rico con 3 ponches y solo 3 hits aceptados y ayudado por indiscutibles de Minnie Miñoso y Solly Drake, combinados con un error y un elevado de sacrificio de Ray Noble, que permitieron a los cubanos anotar las dos decisivas carreras en el mismo noveno episodio.
El Marianao celebraría, con triunfo ante el Habana, su último choque en la Liga Profesional Cubana, el 8 de febrero de 1961.
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