Después de 17 días, siete relevos, dos oportunidades de salvar desperdiciadas, 33 bateadores enfrentados, 241 lanzamientos y tres jonrones permitidos—los mismos que admitió en sus anteriores 135 matchups—, Aroldis Chapman volvió a salvar un partido para los New York Yankees.
Tras admitir una carrera por un largo jonrón a 413-ft de Andrew McCutchen golpeando una bola rápida de 99.6 mph, Chapman logró cerrar el inning con tres strikeouts en el éxito de los Yankees, 6-4, durante la noche de este martes ante los Filis de Filadelfia en el Yankee Stadium.
Cuando Chapman ponchó a su ex compañero Didi Gregorius y obtuvo el último out del juego, lanzándole una bola rápida de cuatro costuras a 102.4 mph, se pudo percibir un destello de satisfacción en el rostro del “Misil cubano” al obtener su rescate número 17 después de 17 días—su peor racha desde que pasó 46 en septiembre de 2018—donde ha sido inconsistente en la mayor parte del tiempo.
Sin embargo, no necesitamos ver el 4.41 ERA de Chapman ni sus estadísticas periféricas para notar la frustración de su rostro y canalizar que, sobre el montículo esta temporada, ha estado enfrentando los momentos más difíciles de controlar en su carrera. Y aunque los Yankees han ganado siete de sus últimos 10 partidos, deberíamos recordar que en el lapso de 21 decisiones donde Chapman no pudo salvar ningún partido entre el 21 de junio y el 18 de julio, el team jugó para marca de 10-11. Por esa razón, aún persisten las preocupaciones sobre la baja de rendimiento totalmente inédita en el historial de Aroldis Chapman.
Incluso aunque logró celebrar el salvado en la noche de este martes, una actuación que indudablemente lo ayuda a recuperar su confianza, “Chappy” no pudo evitar otra conexión contundente recordando esto: Entre sus anteriores 229 pitcheos antes del juego, sus rivales se unieron para promediarle .909 slugging contra la sinker y .885 ante su bola rápida durante la racha sin salvar.
El giro de Chapman con su cabeza y la señal de negación mirando al cátcher Gary Sánchez, no necesitó palabras para expresar la incomodidad por el desliz de comando que McCutchen descargó en lo profundo del leftfield.
Al final, 12 de sus 15 pitcheos (el 80%) fueron bolas rápidas de cuatro costuras que promediaron 99.5 mph, pero no pudieron ser tan efectivos como las dos sliders y la sinker que tiró:
Swing & Misses (21/7/2021)
4-Seam Fastball (12): 33%
Slider (2): 100%
Sinker (1): 100%
Sí, probablemente estos porcentajes revelen más de lo que numéricamente las estadísticas intentan delatar en una muestra de sólo 15 pitcheos. Pero cuando comenzamos a comparar, por ejemplo, el rendimiento de Chapman en la temporada de 2019 con el de este año, hay tendencias bien alarmantes.
Cada una de ellas tiene que ver con la mejoría del contacto de sus oponentes, la calidad de las bolas puestas en juego y, sobre todo, cómo han logrado golpear los pitcheos de Chapman con corredores en circulación. Actualmente, las métricas predictivas como el xBA, xSLG y xERA, nos ayudan no sólo a apreciar cierto valor oculto en las estadísticas periféricas de los jugadores, sino también a analizar hacia dónde se está proyectando cada tendencia.
Un ejemplo interesante podría estar en el inning de 1-2-3 que retiró Chapman este domingo ante los Red Sox, para cerrar el éxito de los Yankees por 4-0. Chappy registró una línea de 1 IP, 0 H, 0 R, 0 ER, SO, su primer inning con tres bateadores retirados y al menos un strikeout desde el 15 de junio pasado, cuando salvó contra los Blue Jays de Toronto. ¿Esa no es una gran línea? Correcto. Pero cuando analizamos la actuación a través de las métricas de StatCast, podemos entrar en discordia.
¿Cuál es la razón? Chapman lanzó su bola rápida y la sinker a una velocidad promedio de 102.9 mph, pero las conexiones de Kevin Plawecki y Kike Hernández se combinaron para viajar a 101.0 mph. ¡Ahí está el problema! Y lo más preocupante que sigo viendo aquí, es cómo la oposición está logrando tantos buenos turnos contra Chapman.
La irrupción negativa en varias de estas tendencias que analizaremos a continuación, han erosionado el rendimiento de Chapman, convirtiéndose en su nuevo reto al menos en esta segunda mitad de la temporada:
Obviamente, Chapman también ha tenido progresiones durante esta campaña, sobre todo en la tasa de swing fallos que ha generado (6.3%+ Whiff) y el porcentaje de strikeouts (2.9% superior al de 2019). Sin embargo, he aquí una de las más apreciables regresiones de su rendimiento este año, incluso antes de caer en la peor racha de su carrera: Chapman está admitiendo un 20% de Barrels y 11.4% de HH% (porcentaje de batazos contundentes) por debajo de su impacto en 2019.
A esos resultados podemos añadirle que los bateadores le han promediado .131 puntos más en su slugging predictivo, y al mismo tiempo su tasa de boletos ha crecido un 6.1%. El punto que podría sonar contradictorio aquí, es que los rivales le están promediando a Chapman sólo 1.1 mph más en la velocidad de salida. ¿Cómo puede ser? ¿Varios promedios con tendencias elevadas y sólo 1.1 mph más de diferencia admitidas? Sí, ¡nunca digas “no” categóricamente en un juego tan impredecible como el béisbol!
“Exit Velocity” sólo nos brinda el promedio de velocidad de salida en cada conexión, pero no específicamente cuál de ellas fue impactada cuando el pitcher lanzó con corredores en bases. Y en resumen—puedes volver a repasar las tendencias negativas—, el 4.51 xERA de Chapman se deriva de varios eventos donde ha terminado permitiendo múltiples carreras: Está lanzando más boletos, permite un porcentaje mayor de conexiones fuertes que han sido letales con corredores en circulación y, aunque sus tasas de strikeouts lucen imponentes, Chapman se ha notado vulnerable con su mezcla en situaciones de presión.
A día de hoy, en plena era de la analítica, la velocidad supersónica ya no es la principal arma, sino el spin rate y la capacidad que pueda desarrollar cada lanzador para aumentar su repertorio. ¿El gran reto de cada pitcher? Ser menos impredecible, y probablemente eso es algo de lo que también ha estado golpeando a Chapman, quien en sus últimas salidas ha visto bajar considerablemente el spin rate de todos sus lanzamientos—el de sus 12 fastballs bajó un promedio de 118.0 rpm—.
Antes de los juegos de este martes, 432 lanzadores de ambas ligas habían acumulado al menos 20 innings, donde permitieron un mínimo de 47 bolas puestas en juego. ¿Y sabes cuál era la noticia más sorprendente que parece increíble dentro de ese grupo?: Aroldis Chapman es el pitcher con mayor porcentaje (20%) de Barrels permitidos.
Inevitablemente, antes de la temporada ese no era el resultado que en esta segunda mitad esperábamos encontrar, pero sin dudas el “Misil cubano” aún tiene suficiente talento para demostrar que aún no se acerca su declive.
(Foto: Aroldis Chapman/Getty Images)
Comments