—A pesar de iniciar con par de derrotas, el team Cuba resurgió y volverá a disputar la Semifinal del Clásico Mundial de Béisbol
Raidel Martínez bajó su mano enguantada, ocultó el agarre de la pelota mientras preparaba otro lanzamiento desde el montículo del majestuoso Tokyo Dome para rematar al cuarto bate de Australia, Darryl George.
Noveno inning, dos outs, ventaja de una carrera y a un strike de clasificar a la Semifinal, el escenario beisbolero se asemejaba a aquella legendaria actuación del team Cuba que venció a Puerto Rico en la primera edición del Clásico Mundial de Béisbol. En cuenta de 3-2, Raidel fulminó a George con un cambio de velocidad y… ¡Swing al aire! ¡Strikeout! Como en 2006, cuando Vicyohandri Odelín ponchó a Iván Rodríguez: ¡Cuba clasificó a la Semifinal del Clásico Mundial de Béisbol!
La emoción y los abrazos entre los peloteros cubanos eran incontenibles. Después de 17 años y en un momento histórico sin precedentes, contando con jugadores activos en MLB, Cuba regresará a los Estados Unidos en busca de disputar el pase a la final. Para los dirigidos por Armando “Mandy” Johnson, quien debutó al mando de la selección nacional cubana, fue la tercera victoria consecutiva tras dos derrotas iniciales en el Grupo A.
“Sí, fue un gran juego de béisbol”, dijo Johnson en la conferencia de prensa posterior al partido, indudablemente el más importante de su carrera de dos décadas como manager de béisbol. “Ese fue un juego difícil. Fue un juego cerrado. Estábamos solo una carrera por delante gracias a (Raidel) Martínez. Dos relevistas hicieron un gran trabajo, dos de ellos lanzaron en Japón, y nuestro abridor también hizo un gran trabajo”.
Con el magnífico cierre del bullpen, sobre todo durante las últimas tres entradas, el team Cuba registró su tercer triunfo consecutivo ante Australia en Clásicos Mundiales. Sin embargo, la tendencia más notable es que, durante cada match, Australia ha tenido el control del juego en buena parte de los primeros tercios.
En 2009, Australia ganaba 4-3 y estaba a solo seis outs de derrotar a Cuba en el Foro Sol Stadium, pero un jonrón de Yosvany Peraza hizo resurgir en el marcador al equipo cubano. Con efectivo relevo de 2.2 innings, el diestro Ismel Jiménez se encargó de sostener la ventaja para el éxito de Cuba por 5-4.
Ocho años más tarde, en el IV Clásico Mundial (2017), jugándose en el Tokyo Dome, un Grand Slam de Alfredo Despaigne pulverizó la mínima ventaja de 1-0 que Trent Oeltjen le había proporcionado a los australianos con un jonrón ante el zurdo Yoennis Yera. Cuba volvía a ganar y, aunque Australia atacó a Liván Moinelo, Miguel Lahera aseguró el triunfo con par de ponches en la novena entrada. En esos dos partidos, Australia dejó a 23 corredores en bases—15 de ellos en la derrota de 2009—, así que el descalabro este miércoles en Japón es el segundo consecutivo con marcador de 4-3.
Antes de disputarse el pase a la Semifinal contra Australia, Cuba perdió a dos jugadores que generaron gran expectativa desde la conformación del roster oficial: el infielder Andy Ibáñez, quien definitivamente no podrá jugar debido a una lesión, y el outfielder ex ligamayorista, Yoenis Céspedes, debido a situaciones personales impostergables. Aun así, el lineup cubano embasó a 13 corredores, atacó al ineficiente bullpen australiano tras la admirable apertura del veterano zurdo Steven Kent, y logró fabricar cuatro carreras que resultaron decisivas.
A pesar de que el talentoso diestro Yariel Rodríguez no se presentó al nivel de su apertura en el Opening Day contra Países Bajos, logró reponerse y sacar el out decisivo en situación de clutch. A excepción de un primer inning retirado en fila con apenas 13 pitcheos, Yariel se complicó durante el resto de su apertura. Eso sí, su velocidad se mantenía imponente: tiró los 13 pitcheos de más alta velocidad entre los 12 lanzadores que vieron acción por ambos equipos, y ocho de sus disparos registraron spin rates superior a los 3000 rpm.
¿Tienes idea de lo que significa eso? Normalmente, ≈2430-2530 rpm es la velocidad de giro de MLB, aunque los valores podrían cambiar ligeramente de un año a otro. Por ejemplo, en la pasada Serie Mundial, el cerrador de los Astros de Houston, Ryan Pressly, fue el “Rey del Spin Rate”, marcando nueve (curveballs) de los 10 pitcheos con mayor giro.
En este Clásico Mundial de Béisbol, Yariel Rodríguez ha impresionado más allá de sus ponches, despertando atención al detonar más de 3000 rpm con prácticamente todos los pitcheos de su repertorio: slider, curveballs, cutter, sinker y changeup. Sin embargo, ¿dónde estuvo la diferencia? Los bateadores de Australia fueron pacientes, no persiguieron los pitcheos descontrolados de Yariel, quien esta vez no se fue satisfecho del montículo:
—Apertura vs. Países Bajos: 34 swings, 15 swing sin contacto, 44.1%
—Apertura vs. Australia: 27 swings, 9 swing sin contacto, 33.3%
Australia trabajó los conteos y embasó corredores en todos los innings del segundo al sexto, pero su mayor virtud, el eficiente 35.3% de hombres remolcados con corredores en posición anotadora—había sido el segundo más alto de este Clásico, detrás del .396 de Puerto Rico—, fue limitado de 10-1. De hecho, las complicaciones de Yariel llegaron después de dos outs, encabezando otra de las claves del éxito para el pitcheo: dominaron al primer bateador en siete de los nueve innings.
Si analizamos, cuando esa eficiencia les falló, Australia no perdonó al staff cubano, primero con doble de Darryl George y sencillo remolcador producido por Rixon Wingrove ante Yariel en la segunda entrada. Y, cuatro episodios más tarde, jonrón de dos carreras del propio Wingrove frente al zurdo Roenis Elías, quien relevó durante el inicio del sexto.
El lineup de Cuba tampoco fue oportuno, dejando a 10 de 14 corredores esperando remolque en posición anotadora, pero el rally de tres carreras en el quinto inning al final fue decisivo. Roel Santos y Yoan Moncada hicieron su trabajo en la proa del lineup, embasándose seis veces, asegurando presencia en los senderos ante cada aparición de Luis Robert Jr., quien produjo par de carreras —remolcó el empate, 1-1, con rodado al short—.
Otra vez funcionó el combo de Alfredo Despaigne, Erisbel Arruebarena y Yoelquis Guibert, quien sacudió el sencillo de oro con bases llenas contra el zurdo Jon Kennedy. Como podía vaticinarse incluso desde la conformación del roster oficial, el bullpen del team Cuba se perfilaba como el área más poderosa.
En cinco juegos, las actuaciones generales han cumplido las expectativas. El diestro guantanamero Miguel Romero ha sido el lanzador más impactante, propinando 12 ponches sin bases por bolas en 8.1 innings. Ningún bateador ha podido descubrir cómo aplastar su changeup, y en el proceso han lucido pésimos: a Romero le batean de 11-1 con siete ponches en el inning “que entra a relevar”. Sí, “solo en ese instante” donde cada manager necesita al relevista efectivo que viene a sofocar el fuego oponente.
Romero subió al montículo del Tokyo Dome en el inicio de la cuarta entrada con un out y par de corredores en bases heredados por boletos de Yariel Rodríguez. Mirando el partido en retrospectiva, esa fue una de las múltiples situaciones de juego donde Australia pudo haber roto el maleficio de tres derrotas consecutivas por diferencia de una carrera ante Cuba en Clásicos Mundiales. Pero, como ya sabemos, Romero se impuso a pura mezcla de changeup y cutter. Frenó a los australianos en el cuarto y luego durante la quinta entrada, dando paso a su coterráneo Elías.
Para Australia, que intentaba resurgir con el jonrón de Wingrove, se acercaba el final y no llegaba la carrerita del alivio como le ocurrió al Puerto Rico de 2006 ante Cuba. Dejaron a sus ocho corredores en bases del tercero al sexto capítulo, y luego la batalla era aún más exigida contra Liván Moinelo y Raidel Martínez, quienes poncharon a cuatro de los últimos ocho oponentes.
La historia clásica entre Cuba vs Australia volvía a repetirse, pero el éxito de la selección cubana era aún más trascendente: ¡Volverán a la Semifinal del Clásico Mundial, 17 años después!
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