—Analizando los códigos ‘escritos’ del béisbol y el impacto de los cubanos Randy Arozarena y Yandy Díaz en el histórico inicio de los Rays.
La historia comenzó cuando el cubano Randy Arozarena detonó a 422 ft por el centerfield en Tropicana Field una curveball del abridor de los Yankees, Jhony Brito.
Al instante se desató la rivalidad entre Yankees y Rays este viernes. ¿Qué sucedió? Hagamos esta historia diferente, trayendo la causa y el efecto que desató un choque de códigos escritos entre ambos equipos:
Código ‘escrito’ No. 1
El fly ball bestial voló por el centerfield y la fanaticada estalló de emoción. Solo se escuchaba el coro de “Randy, Randy, Randy”, mientras Arozarena recorría las bases, hacía su tradicional cruce de brazos tras pisar la tercera almohadilla y luego siguió hacia el plato.
Los Yankees no parecían cómodos con su celebración, pero no fue hasta el siguiente turno al bate que la situación tomó altas temperaturas. Brito claramente golpeó a Randy, lanzando una sinker de 95 mph. Era un tiro directo al codo izquierdo, y consiguió su intención.
Sin embargo, el umpire principal, Dan Merzel, no interpretó la situación del mismo modo, lo cual provocó una airada protesta y la expulsión del manager de los Rays, Kevin Cash. De cualquier manera, el turno siguiente delató las claras intenciones de los Yankees contra Randy, continuando con su “código no escrito”: el relevista Alberto Abreu también lanzó un dead ball.
Para suerte de los Rays, Randy se controló y no descargó el bate en el plato después de quejarse. Fue hacia la inicial y se embasó por tercera vez en el partido, reafirmando un código ‘escrito’: con su jonrón del primer inning, se convirtió en el bateador con más remolcadas (12) cuando el marcador está empatado.
Sé que en innumerables situaciones la estadística de impulsadas no es tan efectiva como solía ser, pero continúa mostrándonos un ángulo apreciable. Y, precisamente en este caso de Randy, su consistencia en parte también provocó la susceptibilidad de los Yankees, quienes iniciaron su enfrentamiento a nueve juegos de los Rays en la División Este de la Liga Americana.
Código ‘escrito’ No. 2
Los ajustes de Yandy Díaz están brindándole grandes frutos. Prometo profundizar en esto durante la próxima semana, pero el breakout de Yandy es evidente. Con el dinger de este viernes a 102.9 mph por el centerfield del Tropicana Field contra el diestro Jhony Brito de los Yankees, el infielder cubano llegó a nueve jonrones y terminó el juego con 108 veces al bate. ¿Sabes qué significa? Así es: ¡Yandy logró la misma marca de nueve jonrones del año pasado en 365 veces al bate menos!
Esa ha sido una gran noticia cuando apenas estamos iniciando el mes de mayo, y el resultado de los ajustes que sigue extendiendo Yandy Díaz. Ahora está en un punto donde su línea ofensiva (.324/.426/.620) supera ampliamente su registro de la pasada campaña. Los ajustes de ángulo de lanzamiento han sido claves, sobre todo porque Yandy sigue manteniendo su disciplina en el plato.*
*De hecho, su tasa de swing al primer pitcheo ha decrecido de 22.8% (2022) a 17.6% (2023) por el momento.
El aumento en el ángulo de lanzamiento está permitiendo que Yandy golpee más elevados —registra un incremento de 9.9% en comparación con el promedio de su carrera—, menos rodados y genere la probabilidad de conectar más extra bases. Hasta ahora su inicio de temporada ha sido un éxito, y se espera que las expectativas sigan aumentando.
Código ‘escrito’ No. 3
Por supuesto, el swing de Wander Franco, como cualquier bateador profesional, devela puntos fuertes y débiles. Zonas calientes y zonas frías, así suele llamarse, donde habitualmente el bateador tiene éxito o falla. Todo es un juego de probabilidades y nunca podemos predecir lo que podría suceder incluso si nos guiamos por las métricas avanzadas. Pero el caso de Wander es aún más interesante.
Dependiendo cómo veas los reportes, nunca te ofrecen una probabilidad de tiempo de ajustes. No, ¡no creo que sea posible! Simplemente por razones obvias: las tendencias ofrecen resultados, pero los ajustes del bateador en tiempo real, pitcheo por pitcheo o de una vez al bate a la siguiente, dependen de disímiles factores. Hay bateadores brillantes que los logran en un santiamén, tan rápido como en los segundos cuando el cátcher está enviando señas para continuar con la siguiente estrategia.
Así que, si nos guiamos por las probabilidades, el relevista de los Yankees, Jimmy Cordero y el cátcher José Treviño, se mantuvieron en la misma página: intentaban aturdir a Wander con la slider. ¿La razón? Wander ha promediado apenas .233, mientras los bateadores calificados que han recibido al menos un 15% de slider en esta temporada promedian .237. Aun así, he aquí una contrapartida peligrosa, el tipo de ángulo del que comentaba antes. El béisbol está destinado para que incluso un bateador de élite falle en el 70% de sus turnos. A medida que se van acumulando los pitcheos, los fallos superarán al porcentaje de éxito.
Si analizamos ese común denominador en las estadísticas, entenderemos que el swing de un bateador con bajo promedio en determinada zona no siempre debería ser cuantificado como fallo. Eso sucedió con Wander Franco quien, además, también había producido una tendencia reveladora: su 15.8 Whiff % era la segunda más baja entre 61 bateadores calificados que han recibido al menos un 15% de sliders en esta temporada.
Dicho esto, nuestro código ‘escrito’ número tres derivó en, ya sabes: la destreza del swing de Wander Franco. Cordero nunca cambió de planos su intención de lanzarle pegado a Wander. Tiró dos sinkers a 98 mph, una baja sobre nivel medio y otra interna. Wander dejó pasar el primer lanzamiento, y luego conectó un foul atacando el segundo.
En cuenta de 1-1, Cordero tiró una slider pegada, y Wander volvió a golpear de foul. El conteo ascendió a 1-2 y, cuando parecía que quizás Cordero estaba preparando su sinker para rematar, lanzó otro slider pegado y bajo. ¿Slider en 1-1, y slider en 1-2? ¿Es el pitcheo más efectivo que se esperaba?
El resto de la historia probablemente la sepas: Wander aplastó la slider y roció una línea de 100 mph al left field, pero Jake Bauers no pudo hacer el ajuste a tiempo y perdió la conexión. Yandy Díaz dobló hacia el plato y entró de pie, sin deslizarse, lo que provocó una revisión en el video. Tras ser marcado como out, los umpires revocaron la decisión y los Rays se fueron delante contra los Yankees, 5-4.
Como investigó magistralmente una vez más Sarah Lang de MLB, al llegar a la marca de 27-6, los Rays están protagonizando el mejor inicio de temporada en la Era Moderna a excepción de dos selecciones: los Piratas de 1902 y los Tigres de 1984 (ambos 28-5). Luego de imponer una diferencia de diez juegos por delante de los Yankees en la División Este de la Liga Americana, los Rays se convirtieron en el primer equipo desde 1900 en ganar 18 de sus primeros 20 partidos en casa.*
*Solo cuatro equipos han logrado un mejor comienzo de 20 juegos en casa, y todos jugaron en la década de 1880.
Sí, estos Rays son imperdibles, y en cada juego se siente como si la victoria fuera uno de esos auténticos códigos ‘escritos’ en el béisbol.
(Foto: Randy Arozarena/MLB)
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