Erisbel Arruebarena estaba preparado para no perdonar un error de comando.
El lanzador de los Gallos, José Eduardo Santos, admitió un doble de Jefferson Delgado abriendo el final del octavo inning, cuando los Cocodrilos perdían por 4-3 este lunes en el Juego 3 de la Semifinal en la 61 Serie Nacional del béisbol cubano.
En cuenta de 1-0, Santos intentó colocar una bola rápida sobre la zona baja exterior, pero falló la localización y Jefferson descargó su swing para aplastar el picheo en la zona alta y afuera. Los Gallos, que llegaron con ventaja de 4-0 al final de la quinta entrada, estaban buscando seis outs para evitar que Matanzas encabezara la serie 3-0.
Con Jefferson en segunda base y sin outs, era obvio que el manager de los Gallos, Eriel Sánchez, no arriesgara la ventaja de una carrera enviando a Arruebarena hacia la inicial con una base por bolas intencional.
Ya lo dice “el librito”, y claro está: no coloques la posible carrera de la ventaja para tu oponente, cuando eres visitador y estás en las postrimerías del juego. Sin embargo, en el otro punto analítico de la situación, ¿qué tan absurdo habría sido enviar a Arruebarena para la inicial? ¿Qué habría hecho usted?
Es imposible saber cuántos defendieron la idea de, al menos, no lanzarle ninguna pelota cerca de la zona de strike a Arruebarena en esa situación, pero siempre hay alguien que hubiese apostado por no retarlo. Las razones son obvias: “El Grillo” carga un respetable poder en sus muñecas, con un swing capaz de conectar jonrones hacia cualquier ángulo del terreno. De hecho, Erisbel ha promediado un jonrón cada 17.9 PA (apariciones en home), mientras el resto del equipo de los Cocodrilos registró frecuencia de 69.2.
Además, antes del Juego 3, Arruebarena sumaba 48 carreras remolcadas en 59 partidos este año, y en el quinto capítulo había acercado a Matanzas, 4-3, con un doble remolcador de dos carreras. En el béisbol, cada picheo es un reto. Y, aunque quizás el boleto intencional era la última opción para Eriel Sánchez y los Gallos, al menos debieron haber trabajado con más consistencia para evitar el caos del octavo inning.
Una base intencional para Arruebarena también tenía sentido y menos riesgos, al menos, de que se escapara un lanzamiento como sucedió con Santos.
Simplemente, se trata de estrategias, y era un momento clave del juego. Al enviar a Arruebarena para la inicial, no solo pesaba el riesgo de que Yariel Duque o Javier Camero destruyeran cualquier estrategia: también ascendían las probabilidades de double play, con una dupla que ha entregado 30 batazos para doble matanza durante todo el año.
Al final, Eriel confió en los mejores lanzamientos de Santos, guiado por el arte mascota en mano de Yunior Ibarra, pero el abridor espirituano no pudo sostener la ventaja como relevista. Ibarra le pidió un picheo en zona baja, y Santos disparó una bola rápida pegada, que Arruebarena golfeó sin piedad.
El giro de muñecas de El Grillo fue relampagueante: levantó la pelota con furia y el elevado salvaje se fue alejando hasta el graderío en lo profundo del left-center. ¡Jonrón de dos carreras! ¡Golpe letal, y en el final del octavo!
Los fanáticos de los Cocodrilos, que abarrotaron el estadio Victoria de Girón este lunes, vivieron otro inolvidable momento de emoción. Cuando estuvo seguro de que la pelota se había ido, Arruebarena desató su bat-flip, dio un salto y levantó las manos, haciendo una señal para el dugout de los Cocodrilos por la banda de tercera.
Con dos picheos consecutivos, par de errores fatales de Santos, quien intentó imponer su bola rápida, Matanzas le dio la vuelta al marcador, 5-4, con una remontada que podría valer el pase a la final.
Después de atravesar situaciones complicadas en las primeras cinco entradas, donde los Gallos le anotaron cuatro carreras limpias a su ex lanzador, el zurdo Yamichel Pérez, el manager de los Cocodrilos, Armando Ferrer, le ofreció toda su confianza a uno de sus principales lanzadores. Los Gallos siguieron intentando ampliar su ventaja de 4-0 en el inicio del quinto, pero Yamichel supo reponerse y dominó el resto de la ruta sin admitir carreras.
Es cierto que el bullpen de los Cocodrilos se mostraba como una incógnita para esta Semifinal ante los Gallos, sobre todo por la ausencia de Naykel Yoel Cruz, quien contribuyó con sus actuaciones en Cuartos de Final contra los Leñadores de Las Tunas. Ser duraderos y eficientes era el principal enfoque de Yamichel, y al final logró encabezar el camino con 131 picheos durante las nueve entradas este lunes en el Juego 3.
Los Cocodrilos tomaron ventaja de 3-0, y la única opción para los Gallos es ganar cuatro partidos en fila, lo que sería una hazaña sin precedentes.
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