Los Rangers necesitarán del poder y la determinación de Adolis García en el plato, incluso aunque no pueda limitar su alta tasa de ponches.
Adolis García no parecía sorprendido cuando subió al plato en el inicio de la cuarta entrada en medio del bullicio provocado por más de 46 mil fanáticos que colmaron Oriole Park en Candem Yards. Después de poncharse con dos outs y un corredor en segunda durante la primera entrada, el outfielder cubano volvió a atacar el primer pitcheo del diestro de los Orioles, Kyle Bradish.
En la primera entrada, tras el doble de Robbie Grossman, Bradish se aseguró de no entregar ningún pitcheo cerca de la zona de strike: aturdió a Adolis con par de slider consecutivas. Luego, en cuenta de 0-2, remató lanzando dos sinkers en la esquina exterior para conseguir un ponche que neutralizó el ataque de los Rangers.
Tres entradas más tarde, cuando estaba planteado el duelo sin carreras entre Kyle Bradish y Andrew Heaney, Adolis subió al plato con un out y bases limpias, buscando aprovechar su segunda oportunidad en la caja de bateo. Al primer pitcheo, golpeó un foul en otro intento desesperado por atrapar la slider de Bradish. Con un gesto defensivo en su rostro, parecía que Adolis se quejaba pensando “que la tenía”. En cuenta de 0-1, Bradish disparó otra slider, pero Adolis dejó pasar el pitcheo de rotación brusca hacia la esquina baja exterior. ¿Qué seguía? Slider. Slider. Sinker. Slider. Slider. Slider: cuatro de los primeros seis pitcheos que Bradish tiró para retar a Adolis habían sido sliders.
La estrategia era razonable, ya que el pitcheo más utilizado por Bradish en 2023 fue la slider (31.2%), con el cual consiguió su tasa más alta de swing y fallo (36.4%) de sus oponentes. En cambio, su pitcheo de élite entre los principales lanzadores de la liga fue la sinker. De hecho, entre lanzadores que vieron definidos al menos 150 matchups con sinker, Bradish admitió el quinto promedio de bateo más bajo (.230).
Debido a esas tendencias, podíamos dar por sentado que Adolis estaba ajustándose para no verse superado por una sinker. En cuenta de 1-1, como se esperaba, apareció la sinker de Bradish, pero esta vez Adolis no lo perdonó: haló con furia y conectó una línea bestial que irrumpió en el left field a una velocidad de salida de 110 mph. El doble de Adolis rápidamente lideró el Top de las bolas bateadas a mayor velocidad de salida durante la tarde de este sábado según el ranking de Baseball Savant.
Con corredor en segunda y un out, “El Bombi” volvía a encender la chispa ofensiva de los Rangers de Texas, quienes consiguieron un rally decisivo de dos carreras antes de vencer por 3-2 este sábado a los Orioles en el Juego 1 de la Serie Divisional de la Liga Americana. Tres pitcheos después del doble inspirador de Adolis, Evan Carter sacudió un doble hacia la línea del rightfield, y un sencillo de Jonah Heim completó el rally de dos carreras ante Bradish.
Como sucedió en el cuarto inning del Juego 2 durante la Serie de Comodines contra los Rays, Adolis anotó la primera carrera de los Rangers. Aunque ha bateado de 15-3 y acumula más ponches (siete) que hits en los primeros tres juegos de su carrera en playoff, ha protagonizado turnos claves en los tres éxitos consecutivos de los Rangers. De acuerdo, el rendimiento de los bateadores no ha sido el único impacto colectivo por el que los Rangers están invictos en esta postemporada. El trabajo combinado del pitcheo también está marcando la diferencia, sobre todo con el acucioso manejo del bullpen por el manager Bruce Bochy.
Después de comenzar la tarde de 2-1 con ponche y doblete que derivó en la primera carrera de los Rangers, Adolis se ponchó en sus siguientes tres apariciones al plato. En el quinto inning, subió a la caja de bateo con corredor en primera y un out. ¿Cuál fue la mezcla de pitcheos de Bradish? Ninguna, literalmente: tiró seis sliders consecutivas y Adolis falló la mitad de ellas. Más tarde, abriendo el séptimo, el zurdo DL Hall lo ponchó en un turno de cuatro pitcheos. Adolis terminó con un swing fallo contra una bola rápida de cuatro costuras a 97.5 mph, que penetró sobre el tercio superior de la zona de strike.
Finalmente, en el noveno, el cuarto ponche de la tarde fue propinado por su compatriota, el zurdo Cionel Pérez. Adolis hizo un solo swing. Se dejó cantar dos strikes, un par de sinkers a 98.4 y 98.1 mph, respectivamente. Después de una bola, Cionel volvió con el calentador: una bola rápida interna de 99.3 mph que superó el swing de Adolis.
Fue el primer juego de cuatro ponches (en nueve entradas) para un bateador cubano en playoffs desde que los Cardenales de San Luis abrumaron a Yasiel Puig en el Juego 2 de la NLDS de 2014. Pero, más allá del récord negativo entre bateadores cubanos, la noticia preocupante aquí es que Adolis García ha sido históricamente dominado por los lanzadores de los Orioles.
Antes de ingresar al Juego 1 de esta NLDS y fallar siete de sus 12 swings, Adolis cortaba para .169/.189/.254, con .443 OPS en 74 apariciones al plato. Ese había sido el peor rendimiento entre bateadores que registraron números similares, con 18 juegos jugados y al menos 70 visitas al plato contra los O’s:
Por supuesto, no es nada nuevo encontrar un montón de ponches y swing fallos en los registros de Adolis García. Es una historia que no cambiará debido al potencial de su swing, diseñado para golpear elevados y explotar su poder. Pero la temporada regular ya terminó y, en el escenario de la postemporada, cada juego es una historia de supervivencia.
Ese es el enfoque a seguir y, aunque Adolis ha contribuido en cada victoria como cuarto bate, los Rangers necesitarán su impacto para sobrevivir en estos playoffs.
(Foto: Adolis García/GettyImages)
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