Bien, el problema es más desgarrador de lo que parece. Oh, ¿qué acabo de decir? Sí, correcto: es y será más desgarrador de lo que se esperaba.
Durante varios años, hemos llamado la séptima entrada como “el inning de la suerte”, la mayoría de las veces suponiendo que ha sido una especie de puerta abierta a los cambios frecuentes de marcadores. Es posible documentar esa avería histórica, pero puedo comenzar diciéndote que, durante la última década, el séptimo no ha sido el peor inning para los lanzadores del béisbol cubano.
Habitualmente, los problemas han llegado mucho antes. En todo caso, las grandes deficiencias han estado en la primera entrada, pero la gran diferencia en este sentido es obvia: Cuando los equipos inician perdiendo por un amplio margen en el inning de apertura, aún tienen todo un juego por delante para seguir batallando.
De hecho, esa ha sido la tendencia imperante en este inicio de la 61 Serie Nacional:
-Ofensiva a partir del séptimo inning: .303/.388/.452/.840
-Ofensiva general: .290/.382/.413/.795
Línea ofensiva: AVG/OBP/SLG/OPS
Las diferencias han comenzado a ser notables en el slugging y el OPS, una ineficiencia general que sigue en alza. Cuando analizamos la problemática de manera general, a veces no podemos notar hacia dónde se han movido las principales oscilaciones. Esto es lo que deberías saber:
Como puedes apreciar, los bateadores registraron el OBP (porcentaje de embasado) más bajo de las últimas jornadas el pasado jueves 10 de febrero, produciendo .340.
En la mitad de las ocho fechas restantes sin contar los partidos de este martes, se registraron cuatro días con .400 o más OBP. ¡Terrible! Y toda esa explosión, como hemos analizado aquí desde el inicio, ha llegado después del séptimo inning.
Sin embargo—y sé que probablemente estabas esperando esta cita—, “el séptimo” no ha sido el inning de la suerte para los bateadores. La historia ha cambiado considerablemente, y la jornada de este martes fue otra experiencia para el recuerdo.
Hagamos una rápida retrospectiva para revisar una vez más el “inning del terror”.
Pinar del Río 8, Matanzas 3: Fue un partido bastante nivelado hasta el octavo capítulo, donde los “pativerdes” anotaron un rally decisivo de tres carreras ante el bullpen de los Cocodrilos, el más eficaz de la liga del séptimo inning en adelante durante lo que va de campaña—admitían sólo .691 OPS—.
Industriales 8, Villa Clara 1: Hay dos preguntas interesantes que este marcador nos sugiere.
1) ¿Los Leones apalearon a los Leopardos Azucareros?
2) ¿Puedes decir que fue un buen partido con este marcador final?
Bueno, respondiendo a las dos de un golpe: ¡lo fue! ¡Vimos un buen duelo de pitcheo! Los diestros Pedro Álvarez y Javier Mirabal pelearon desde la colina en una pulseada que comenzó con cinco ceros por ambos bandos. Luego, en el sexto, Industriales anotó par de carreras por jonrón de Jorge Enrique Alomá que encontró a Juan Carlos Torriente en la intermedia.
Durante la parte baja de ese sexto capítulo, Villa Clara descontó una carrera, 2-1, con sencillo al center de Leandro Turiño. Pero, en la parte alta del séptimo, los Azules volvieron a marcar, y al final agregaron cinco rayitas más tras la salida de Mirabal en el inicio del noveno. El score final, 8-1, realmente no revela el buen dominio de los abridores, y volvió a decidirse en las últimas entradas del juego.
Ciego de Ávila 5, Holguín 8: Fue un duelo de 1-0 entre el novato de los Tigres, Yadier Batista, y el diestro de los Cachorros, Rubén Rodríguez. Ciego de Ávila anotó cinco carreras en el inicio del octavo, pero el diestro Luis Alberto Marrero no pudo hacer el trabajo de contener a los holguineros en el estadio Calixto García. Ni el zurdo Jaciel Gayón… ni Yosvany Ávalos y, en otro esfuerzo sin resultados, Vladimir García volvió a ser devorado sobre la colina. En poco más de una vuelta del lineup ante la mejor versión del bullpen de los Tigres, Holguín completó una remontada que necesitaban disfrutar.
Las Tunas 6, Santiago de Cuba 7: El zurdo Luis Fonseca estuvo cerca de obtener su octavo salvamento, pero Rafael Viñales destrozó un pitcheo del cerrador santiaguero para igualar el score, 2-2, en el inicio del noveno. Cuatro carreras de los Leñadores no fueron suficientes en el Tie Break del décimo, y entonces las Avispas lograron otro espectacular regreso, dejando al campo a los tuneros, 7-6.
Camagüey 17, Guantánamo 8: Cuando terminó el sexto inning, el juego estaba empatado, 6-6. Y luego, ¿quién resuelve los siguientes nueve outs? Parecen pocos, pero en realidad fue un reto muy exigente para los lanzadores de los Indios, quienes soportaron 10 carreras entre el séptimo y el noveno.
Sí, no es fácil llegar a la raíz del problema. La gran situación que están enfrentando los managers cada día en esta 61 Serie Nacional, es cómo lograr conectar de la mejor forma posible el trabajo de los abridores con la gestión del bullpen. ¿Cuándo activar a los mejores cerradores? ¿Cómo planificar un posible “Bullpenning” dependiendo de las potencialidades que tenga cada cuerpo de relevistas? ¿Cuáles son los últimos outs más difíciles de obtener?
Puedes confiar en tu intuición o visión del juego, pero tantas entradas, métricas y resultados no pueden estar equivocados: la octava entrada ha sido el “inning del terror” durante este inicio de esta 61 Serie Nacional.
En cualquier diferencia comparativa, el inconfundible sonido de los bates expresado en números a continuación, traza una notable línea de diferencia:
7-INNING: 1040 PA, .309/.392/.485/.878
8-INNING: 964 PA, .329/.408/.489/.897
9-INNING: 630 PA, .252/.341/.347/.689
Este es el tipo de reporte que nos recuerda un argumento interesante: estoy en total desacuerdo con una reducción de los juegos a siete innings en el béisbol cubano. Sin embargo, en cada jornada, las diferencias en los marcadores varían considerablemente después del segundo tercio del desafío.
Si dejaste de seguir el partido entre Ciego de Ávila y Holguín, que ganaban los Cachorros 1-0 en siete entradas completas, probablemente no creas que se anotaron 12 carreras entre el séptimo y el noveno. Una reacción parecida ocurrió en el estadio Augusto César Sandino, en el Victoria de Girón y en el Nguyen Van Troi, donde se anotaron 11 de las 25 carreras combinadas entre el séptimo y el noveno capítulo.
Así pues, no te asombres si hay más equipos que decidan reforzar su bullpen con uno de sus abridores titulares. Al final, las rotaciones que logren ajustar su gestión de “Bullpenning”, tendrán un paso de avance en la estrategia, sobre todo si logran prevenir la considerable pérdida de victorias que se están escapando.
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